sábado, 7 de junio de 2008

La Simpleza...


Olvidé quien era y alguien me dijo al pasar el tiempo que sin darme cuenta dejé en el camino la esencia de aquel que fui.


Siempre me ha inquietado el tema de la simplicidad de las personas grandes, me refiero al hablar de grandes a aquellas que han triunfado en la vida obteniendo muy meritoriamente lugares de privilegio en la escala de admiración del colectivo, y que siguen siendo a la vez autenticas y humildes aún después de tantos logros obtenidos. Asumo así, que la sencillez entonces es un resultado en el hombre, por su paso y análisis de la vida misma. Sé que constantemente buscamos a otras personas que se asemejen a nosotros en gustos y otras cosas. Esta afinidad es fundamental en la vida de las relaciones y por lo tanto si a nuestro lado está alguien no arrogante, ni prepotente, que a pesar de ser importante en muchas cosas públicamente no se lo toma así, será un buen compañero de grandes momentos y aprenderemos de el poco a poco, y de sus éxitos sin buscarlo, así como de su alegría y desafío por vivir siempre cosas nuevas que nos ayudarán a descubrir lo que sea necesario. No es fundamental correr a su lado para ver las cosas, solo es imprescindible hacer de nuestra vida una experiencia agradable y positiva cada día y sin complicaciones que nos lleven a creernos quienes no somos, ni seremos jamás. Es importante cada mañana con los primeros rayos del sol, hacer el esfuerzo de ver las cosas nuevas que tiene la vida para nosotros y que casi nunca vemos, pero que están allí. Hay que ser optimistas, ya que la alegría depende de una aptitud mental y cada día hay algo nuevo que descubrir y una vez lo hayamos hecho, aceptar que la humildad y la sencillez nos harán más grandes cada día. Ser humilde no es decir que lo que se ha logrado no es nada, es aceptarlo a sabiendas que sí es importante, pero hasta allí no más, es mejor reconocerlo y punto, para seguir buscando poco a poco la perfección de las cosas que al fin de cuenta así como la de los humanos, jamás lograremos. Siempre he sabido que todas las personas y cosas, por muy pequeñas que sean, tienen su valor particular de acuerdo al ángulo del cual se miren, y hay que ser simples y sencillos, pero sin perder la autenticidad del ser que en realidad somos.

No hay comentarios:

Que tal te ha parecido este escrito

Buscar este blog