sábado, 16 de mayo de 2009

Marea Blanca

Parece que hubiesen transcurrido años desde la primera vez que lo vi.
Me hablaba de alguien a quien quiso y jamás tuvo, de miradas perdidas…de amigos de infancia a quienes jamás volvió a ver, y que sólo recordaba cuando estaba turbado en el silencio ensordecedor de su vacío existencial. En esas cosas que le estaban arrebatando poco a poco su vida…

Me contó que se le fueron quedando rezagados en el tiempo instantes, instantes que le eran importantes, que no quería olvidar…ese día me dijo que buscó en su memoria nombres y lugares que olvidó para siempre…que el sabía que estaban allí…escondidos…que le llegaban imágenes de otros días, imágenes divagantes…de un tiempo que no quiso perder, de ese tiempo hundido entre la nada y él.

Ese día recuerdo claramente que su imagen se detuvo en mi como una sombra…lo vi lejano y tan frágil entonces, como partido en dos…era como si fuesen dos seres en uno, dos personas distintas divagando y sorteando los amplios y estrechos caminos de su mente.

Uno de esos seres en su interior daba vueltas y vueltas, buscando ese momento en el cual perdió el rumbo de sus pasos, de su misma vida, ese instante en que uno mismo se siente autor y victima de su propio destino.

En uno de los encuentros, me contó que le llovían preguntas sin respuestas en segundos, que se sentía aturdido y asfixiado, que era insólito no encontrar el punto donde inició todo, donde se desvió sin darse cuenta de la lucidez…y se introdujo en ese mundo oscuro de donde ahora no podía ni quería salir…

Las sonrisas, le venían mientras recordaba retazos agradables de su vida…y de pronto se le diluían como si un dolor muy intenso lo llevara a la realidad…quedaba mudo, impávido…y en cuestión de segundos...se transformaba en ese otro que era ajeno a todo, insensible al dolor y a la alegría que su otra parte hacía suya constantemente…que su otra parte necesitaba para seguir arrastrándolo en ese mundo infame de la perdición…a ese punto donde muchos quisieran mejor no haber llegado.

Pablo, me contó que vivía exaltado entre la angustia y el temor de quien no quiere abandonar la vida, pero lo carcomía tan sólo pensar que la soledad que invade el alma y hace los ojos llorar sin tregua es larga y dura, y más, en quienes no tienen una mano de apoyo a su lado, porque ya todas se han quedado en el camino, y estan sin fuerza para seguir acompañando a quien no tiene la mínima intención de dar un paso atrás y volver a aquel tramo donde un día perdió su norte.

Ahora a Pablo lo veo distinto…sin temores, ido en si mismo, hoy apenas pronuncia palabras, ésta en realidad es su otra parte, la que parece no sentir dolor, ni remordimientos de todo lo hecho, ni de las consecuencias de sus actos…ni de sus omisiones…él ahora está ajeno a toda situación real, alejado de lo que ayer fue su vida.

Su mente es una abstracción total, un cúmulo de sentimientos reprimidos y sinsentido que lo mantienen sumido en sus otras tantas decepciones…ha aceptado lo irremediable y prefiere no buscar razones de ser, de algo que se le fue de las manos y pudo evitar, de algo que ya es pasado y de cosas que ya no tienen forma de volver a ser…está como suspendido en el tiempo que ha vivido, suspendido sin presente ni futuro…sin ese futuro que ya jamás llegará a su vida.

Sin embargo, está su otro yo, el que le persigue y lo juzga inclementemente, lo incrimina por ese pasado…ese que quiere que pierda la cabeza como aquellas otras tantas cosas, que no deja en el olvido sus excesos…ese que quiere que pierda la razón y la objetividad de cuanto algún día hizo bien…

Pablo, se sume ahora en una difusa marea blanca, propia del vaivén de las olas sin rumbo, como su misma vida, que se va envolviendo una y otra vez en un mar sin retorno, que lo va sumiendo entre las confusas sensaciones de algo que quiso y no hizo, porque creyó que siempre tendría tiempo para todo…

Ahora le sigue dando vueltas a ese suceso que lo martiriza…corre, y corre para detener lo que ha ocasionado el mismo…pero van más de prisa sus pensamientos que sus pasos, la velocidad con que ocurren las cosas en su interior es intensa, y lo irrelevante obtiene valor en cuestión de segundos…

Hoy él quisiera rectificar sus errores, pero es imposible…y siente que se agota lo que le queda, quiere detener los segundos, pero el reloj no se detiene y el tiempo juega en su contra…ese momento va llegando…y su corazón se acelera…ya no hay nada a su favor…es el fin y él lo sabe…es el momento en que reconoce que ha perdido y ya no hay nadie a su lado…ha llegado ese instante en que pasa por su mente toda una vida en fragmentos…los mismos fragmentos que se le iran desvaneciendo lentamente...

jueves, 7 de mayo de 2009

Y Eras Tú...a Quien Yo Más Quería...


Reapareces...reapareces en mi vida…una vez más,
como una sombra invades mis pensamientos,
y desconozco los motivos que has tenido
para llenarme de dudas el corazón...

Éramos niños y han pasado tantos años…en nuestras vidas…
No nos dejaron esos tiempos adorarnos
y la inocencia de aquellos besos furtivos…se nos marchó…
Y se nos fueron y murieron nuestros sueños,
con la ilusión y los mejor de nuestro ayer…
Y se nos fueron perdiendo las esperanzas…lo sabes bien…

Como me duele…haber perdido,
a quien pensaba que por siempre yo iba a amar,
y hoy veo imposible besar tus labios…¡¡¡porque no estás!!!

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