viernes, 28 de diciembre de 2012

El 28 y Las Tres Marías...

Esa noche nos dijeron que las estrellas que estábamos observando se llamaban las tres Marías, sí, las tres Marías, y que siempre estaban junticas. Que sus nombres provenían de las mujeres que rodearon a Jesus y se encuentran en los libros bíblicos del nuevo testamento y cada uno de esos nombres fue puesto por una razón. Nos explicaron que una de esos nombres fue puesto en honor a María, la madre de Jesus, otro por María Magdalena, y el otro por María Betania del cual no tengo referencia historica. Han pasado si la memoria no me traiciona veintiún años, once meses y veintiocho días desde aquella noche.
 
Esa noche La recuerdo singularmente por las circunstancias adversas que evitaban que me viera con María. Pero como yo soy así de decidido y me gusta romper las normas y crear con cada paso mi mundo, entonces cada decisión la llevo hasta las últimas consecuencias, cada momento lo vivo con gran intensidad, porque no siempre lo podremos repetir, porque no dejo escapar un instante por absurdo que parezca. Sé qué algunas veces creemos que volveremos a ver a seres que amamos, porque pensamos que el tiempo y el mundo lo tenemos en nuestras manos por la juventud que tenemos, pero eso siempre no es así, algunas veces no reaparecen en nuestras vidas y nos quedamos con una pena tan honda como nosotros mismos. La juventud se marcha de nosotros como los sueños, lo que sucede es que la juventud se puede vivir de distintas formas, pero algunos no logran realizar jamás sus sueños.
 
Aquella fue una noche especial, en la que se hacen cosas especiales por personas especiales, y no te importa mentir si haces sentir a quien quieres feliz. Esas son las únicas mentiras que valen.
 
María Eugenia del Carmen. Fue nuestro primer año de noviazgo. Con su cabello azabache y ojos negros como el carbón dejaba mudo a quien osaba mirarla. La conocí cuando apenas era una niña y yo rondaba los dieciséis. Siempre me dijo que desde esa primera tarde que me vio me clavé en sus pensamientos. No sé si fue verdad o mentira, no viene al caso ahora, lo cierto es que me escogió como su acompañante de quinceañero muchos años después, uno de los momentos más importantes de su vida en aquellos años de adolescencia.
 
Por mil motivos jamás hubo algo entre nosotros en ese entonces, no es pecado que te guste la hermana de tu mejor amigo y que puedas amarla, pero la edad era una cosa, y otra que me gustaran todas, y defraudar la lealtad entre los dos. Eso ni yo mismo me lo permitiría.
 
Pero los años pasan, y después de muchos al final terminamos saliendo. Yo la visitaba después de cada partido de la universidad y en su casa siempre fui bien apreciado por toda su familia. Durábamos horas y horas sumidos en largas conversaciones con todas las temáticas posibles sin surgir el aburrimiento entre nosotros.
 
Diez años antes de terminar el siglo pasado, en ese preciso año en que la ausencia de mi abuela se hacía más latente e inevitable, y en que solo habían pasado seis meses desde su triste partida, María me dijo que quería que la visitara el treinta y uno de diciembre, y lo pasara con ella y en compañía de su familia. No me pareció mala idea, y lo acepté.
 
Esa noche nos sentamos como siempre frente a su casa en el barrio Getsemaní. Sacamos las sillas que recostamos a la pared y sus patas delanteras quedaban colgando mientras reclinábamos la espalda. Era una sensación de tranquilidad la que emanaba de ese hogar que siempre me produjo buenas vibraciones. Yo me recuerdo con mi pantalón gris y camisa de cuadros negros y blancos. A ella con sus ojos negros mirándome siempre de esa forma tan aguda como lo hacía y pronunciando mis dos nombres completos como ninguna lo ha hecho en cada frase. Allí afuera pasamos horas y horas, en esa calle angosta de mi legendaria Cartagena. Esa calle marcada por tanta historia. A dos calles se apreciaban parte de unas murallas que habían sido cortadas para dar salida a un puente.
 
Mientras yo pensaba en mil cosas como siempre, y sus manos me agarraban, nos quedamos sumidos, perdidos y eclipsados por el encanto de las tres Marías durante varios minutos. María me preguntó ¿Qué María soy yo para ti? Le dije: la única, no he tenido ninguna otra María en mi vida. Se sonrió y reclinó sobre mi hombro.
 
Llegaron las doce y así como llegaron también se fueron, por lo tanto yo también debía marchar, me esperaban en casa y el trayecto era largo. María me acompañó a parar un taxi, y nos despedimos. Subí y le dije al taxista que me llevara a los Calamares y emprendió la marcha, pero a las dos cuadras le dije sorprendido que no siguiera, que se me había quedado la cartera, que por favor esperara, que la buscaría y volvía, me dijo que no podía, que era una buena noche y había muchos clientes en la calle. Me dejó en el reloj floral.
 
Lo cierto fue que mi cartera estaba conmigo, pero dentro de ella no había ni cinco para poder pagarle la carrera, así que lo mejor que pude hacer fue eso, así le pude cumplir a María la promesa de estar con ella aquel treinta y uno, y al taxista no obligarlo a realizarme una carrera que luego no le podría pagar. Desde el momento que me bajé del taxi hasta los Calamares no pude precisar cuántos kilómetros había, pero no los sentí, mi mente ya iba volando como siempre por nuevos horizontes, pensado nuevas historias que escribir y seguir viviendo.
 
Hoy veintiocho de diciembre cumple María Eugenia del Carmen, siempre recuerdo éste día.
 
A la segunda María la conocí en una papelería del centro de la ciudad. Ella trabajaba allí, y yo fui con dos amigos a comprar unos CD’s. Le pregunté su nombre y me respondió María Fernanda. Me marché con sus dos ojos arrancándome los míos. Pasé por una floristería y sin pensarlo entramos, le dije a quien me atendió que me pusiera 12 rosas rojas, las más hermosas, grandes y frescas. Y se las envié con uno de mis amigos. No había pasado ni media hora desde el momento en que la había conocido hasta que las rosas estuvieron en sus manos.
 
Mi amigo me dijo que la recibió encantada, y no lo podía creer, que se le notaba la alegría por todas partes, y entonces ella me envío su número de teléfono, pero por circunstancias que ya no recuerdo lo perdí. No la volví a ver, en ese tiempo andaba yo envuelto en nuevo romance que me hizo perder el norte. Un amor que me hizo desviar la atención de aquella mujer radiante de piel canela que a lo mejor hubiera cambiado la historia de mis pasos si sigo su rumbo. Dicen que las cosas siempre pasan por algo y quizás no debíamos amarnos.
 
A María Fernanda la conocí un diez de diciembre, pero sólo fue un conato de algo que no surgió jamás. Una bonita historia inconclusa de las tantas que guarda mi alma.
 
La tercera María llegó con una flor roja en su cabellera, y con esos hoyuelos en las mejillas que también tenían las otras dos. Llegó como llegan las brisas cuando hace calor y te refrescan el alma. Con la voz tenue que necesitas cuando te faltan las palabras. Eso fue lo que sentí cuando la conocí y no pensé jamás dejarla de amar. Fue un susurro en la madrugada.
 
Amar es una cuestión de fe, creer en ese ser a quien te estás entregando cada instante. Y a ella me entregué mientras creí en sus palabras. Cuando dejas de creer todo muere y surgen las dudas, y ya nada es igual. La balanza se inclina de un lado o del otro, y eso no es bueno en el amor.
 
A estas alturas sé que los amores buenos no debemos dejarlos perder tan fácilmente, no aparecen con cada mañana. En la vida te das cuenta de muchas cosas demasiado tarde, no se nace con experiencia, la mayoría se adquiere de errores.
 
Con la última María los colores del arco iris volvieron a brillar con gran intensidad. No pasaba los veinte años cuando sigilosamente se instaló en mi corazón. Pero los amores a veces se duermen, y cupido se aleja. Cuando sientes que no eres tan importante para esa persona como lo es ella para ti, entonces te cuestionas muchas cosas y en dónde ha estado tu error. Acostumbrarnos a amar sin intensidad no es bueno, sin sacrificio menos.
 
Solo se disfruta de aquello que se ha conseguido con esfuerzo y es entonces cuando no se quiere perder, lo que llega fácil, facilmente se va, y no nos suele importar. El amor no se debe medir con el sufrimiento, sino por la felicidad que nos produce, cuando hay más sufrimiento, sin darnos cuenta llega el fin. Antes de dejar de amarla, preferí marcharme, y no es sencillo alejarnos de quien tanto amamos.
 
La tercera María, llegó a mi vida un veintiocho de noviembre, al verla no tuve duda que la amaría, y en realidad pensé que sería el amor de mi vida.
 
Todas ellas llegaron en épocas distintas, y dejaron su magia. Esa magia que que aún descubro cuando miro al cielo y veo a las tres Marías alumbrar y titiritar a lo lejos, como diciendo "Aquí estamos".  Las tres Marías brillaron en mi vida cada una con luz propia, y sus ojos y miradas seguro aún guardan la intensidad que en su momento me enamoraron. 

domingo, 23 de diciembre de 2012

Hoy Hablaré de prioridades...

Hoy hablaré de prioridades. Me refiero a eso que debe prevalecer sobre lo menos importante. Lo que tiene su significado en el cumplimiento de la palabra, y que hace mantener tu imagen intacta ante todos los demás.

Quizás me acostumbraron a hacer valer mis palabras ante todo papel escrito. No puedo prometer algo sin cumplirlo. Me enerva la sangre cuando divagas por la vida encontrando en una y otra esquina personas que se cansan de prometer cosas que jamás cumplen. Y así van ganándose el valor que luego les daremos los demás.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Amar es una Cuestión de Fé...


Al fin y al cabo no aprendí a comprenderla.

Amar es una cuestión de fe, y hubo circunstancias que debilitaron la mía.

A veces la extraño, pero está hoy lejana y sumida en un mar de dudas como yo. Quizás no puede amarla como quise, o lo intenté y no se dejó.

No pude darle lo que me pidió...pues nunca me mostró la línea entre lo que quería y lo que podía ofrecerme. Ya no importa, y aunque dudé si hacerlo, al final ella misma se alejó sin preaviso.

Es otro amor perdido de mi vida. De esos que aunque quieras jamás se olvidan. A lo mejor se deja de querer de esa forma ardua y asfixiante, pero el recuerdo siempre llega y muchas veces de forma inconsciente.

Cuando se es niño se ama de forma distinta. Y se llora con el alma, porque recuerdo que mis legrimas salían sin pedir permiso.

Si hay algún culpable aquí ese soy yo, pero es mejor no buscarlo. Ella era intocable y yo usurpé su vida. No la volveré a buscar aunque sus ojos me sigan apareciendo en cualquier esquina.

En las madrugadas aún me llega el recuerdo de aquella alborada sin fin. De su rostro sobre mi pecho y su respiración agitando la mía.

Hay distancias más distantes que las intangibles, las que nos ponemos nosotros mismos. Esas que aun pudiendo romperlas, no las rompemos. Las que hoy nos alejan realmente como un torbellino en la aurora.

Amar es una cuestión de fe...y quizás ella no era para mi...

lunes, 17 de diciembre de 2012

Fingiré que Todo ha Pasado......


Despertar a tu lado fue genial
Entrar en los planes de alguien como tú me hizo sentir diferente
Hoy todo ha pasado

No es tanto lo que se quiere, sino lo que debe ser…
Lo que te cambia la vida en un instante
Y te hace más falible que el llanto de un niño

Ahora me voy, no es justo contigo ni con ella…tal vez sea yo el culpable
Dejar ir algunas cosas en mi vida a lo mejor sea bueno
El apego hace daño, más de lo que hubiese imaginado

Un día cualquiera verás las cosas de otro color
Y esto será menos que un sueño
Tú y yo sólo seremos entonces como nubes lejanas y un pasado sin gloria

No es fácil amar cuando ya se ama
Y sientes que otra persona está entrando en tus entrañas y robando tus suspiros
Es difícil olvidar cuando no quieres hacerlo
Mañana serás sólo un bello recuerdo

Me apresuro a alejarme de tus besos
De los fantasmas que me hacen imaginar tu cuerpo en otro cuerpo
Del sudor de tu espalda mojando mis dedos

Perdona por amarte tanto y alejarme en silencio
Tal vez sea mejor así
Las despedidas son tristes…y hoy pesan muchas cosas en mi alma

Para qué seguir sufriendo una odisea de mentiras que se alargan con los días
Mañana seremos dos extraños…y tú serás feliz en otros brazos

...mientras yo al despertar fingiré que todo ha pasado…

jueves, 6 de diciembre de 2012

Entre sabanas blancas...

Allí entre sus brazos y sabanas blancas supe que no sería un juego. Que el sabor de su piel me había embriagado más que las caderas de Zelenia. No recuerdo cuanto tiempo la miré durmiendo. Su silueta reflejaba ternura, pero no una ternura cualquiera, sino aquella que te roba el aliento y las ganas de seguir besando otros labios, y saboreando otros cuerpos.

La vi por primera vez un miércoles, y también un miércoles la dejé de ver. No es difícil olvidar eso, cuando cada día que pasamos juntos fue como una ola turbulenta que nos arrancaba las entrañas en sus subidas y nos las devolvía en sus bajadas. 

Apareció sigilosa aquella tarde de noviembre, con su cabello azotado por las corrientes de aire que visitan en esa época nuestra tierra calurosa. Fresca como sus labios la vi, mientras sus ojos me observaron sutilmente. Vestía de blanco, y un azul suave en el borde de su vestido dejaba ver la tonalidad de su piel trigueña. No la sentí al llegar porque apareció por mi espalda como una sombra, ya llevaba varios minutos esperándola, y no sabía si en realidad llegaría...pero lo hizo.

La noche se contagió con su presencia, exactamente diez años después en que Zelenia había llegado a mi vida. Quizás la vida me daba otra oportunidad de amar de una forma similar, pero yo no lo sabía. Nos miramos como si ya lo hubiésemos hecho antes, frente a frente, pero no fue así, era la primera vez que estábamos juntos, y nos entregamos en ese beso interminable que tanto soñamos.

Hoy sé que ella no fue una casualidad, porque las casualidades no te queman el pecho ni hacen sentir esas ansias insaciables que ella dejó en mi.

Mirando el espejo la veía sobre mi cuerpo. Sus caderas en mis manos, y mis labios en sus labios nos hacían soñar despiertos. Una sabana blanca la cubría de la cintura hasta los píes, mientras se movía al ritmo de un péndulo. Las gotas del sudor de su espalda denotaban aquella pasión que a lo mejor quedaría en nuestras recuerdos para siempre. Con ella sentí cosas imposibles de explicar con palabras. Sensaciones que me marcaron por dentro.

Ese fue un tiempo en que recuerdo su rostro húmedo por las olas, y sus ojos entre el agua mirándome. Sus labios buscaron los míos sobre corales y fuimos felices. Su cuerpo de sirena lo tuve entre mis brazos, mientras sus ojos de caramelo rompieron todos mis esquemas.

Continuará...


lunes, 3 de diciembre de 2012

No es Fácil...

No es fácil explicar esas tantas cosas que uno mismo quisiera entender. Las mismas que se tornan claras y oscuras a la vez.


Las mismas que hoy entristecen mi vida…

Me escondo en un rincón de mi alma largamente y sollozo mis penas, esas que nadie comprende y otros creen fáciles de juzgar.

Me alejo de ella. Desconozco si sea lo mejor. Me consumo en silencio…soy otro…pero ignoran lo que siento…

Soy uno más entre cientos de miles que divagan entre sus decisiones.

La dejo sola. Tal vez así entre en su mundo y encuentre las respuestas de su corazón. A lo mejor sin esperarlo pueda que descubra que allí no estoy yo...

Nada es totalmente bueno ni totalmente malo, todo depende de la forma consciente o inconsciente como se hagan las cosas.

A lo mejor yo fallé…

Hoy veo que por mi ventana se escapan mis sueños, hoy veo que poco a poco me voy quedando sin ella…

Me siento infeliz…

El tiempo quizás me diga si éste fue otro error que se suma a mi vida, o parte de una historia que rehúso a vivir.

Siento una espada que se clava tan dentro y me hace sufrir.

No me gustan las presiones. Sus decisiones deben ser libres como lo fuimos nosotros. Solo el tiempo dirá si lo nuestro fue amor o algo superfluo sin huellas ni sombras...

Su cuerpo fundido a mi cuerpo me cuestiona. Sus ojos rasgados me hipnotizan. Requiere una explicación que hoy no puedo brindarle.

Estoy condenado a amarla de una forma distinta a la que he amado. Hoy soy prisionero de sus recuerdos...

¡Oh, que he hecho Dios mío!

En vano forjaron valores en mí. Hoy siento que ni siento el viento, porque la busco y no está.

La amé con locura...

Hoy me siento morir...

Guardaré sus Recuerdos...

No debí enamorarme de una niña
preciosa y consentida...hoy lo sé muy bien
lo sé...quizás ahora se robe mi alma
se quede con mis besos y me haga sufrir...

No debí enamorarme de su piel de jazmín
no debí ilusionarme con sus ojos de estrella
y aunque toditos sepan que yo la amo es a ella
sé que existen caminos que no debo seguir...

Mejor...
guardaré sus recuerdos
y besos que no eran para mi...
de sueños que eran más que sus sueños
de un tiempo que me hizo muy feliz...

Yo quisiera parar y devolver el tiempo
y en otras condiciones entregarle mi vida...
entrar allí en su alma y escribirle en el pecho
las cosas tan hermosas que siento por su amor...

No debí enamorarme de su piel de jazmín...
No debí ilusionarme con sus ojos de estrella...

No debí enamorarme de sus risas
y rostro de Princesa...eso no está bien
lo sé...quizás a mi me sobren años
y a ella le falten sueños tal vez por vivir...

No debí enamorarme de sus sueños de abril
no debí ilusionarme con su cuerpo divino
y aunque siempre me jure que viviría conmigo
sé que existen caminos que no debe seguir...
Mejor...
recordaré lo bello
y todo lo que un día pudo ser...
de sueños que eran más que mis sueños
de besos que llevan mi querer...

Yo quisiera adorarla y entregarle mi vida
que Ella fuera la dueña de mi corazón...
que no exista un pasado que nos lastime el alma
que jamás nada impida que ella sea para mí...

No debí enamorarme de sus sueños de abril...
No debí ilusionarme con su cuerpo divino...Ver másVer más

lunes, 5 de noviembre de 2012

Ella es Toda mi Razón...













El amor llegó a mi puerta como el sol que alumbra el cielo
Ella es todo y es mi nada, como un beso que atormenta
que se adentra aquí en mi pecho con ternura y desosiego
y se instala en mi memoria y hace suyo hasta en su ausencia

Su silencio me transforma, me consume..me devora
me hace fuerte como el fuego y me derrite en su presencia
me confunde su inocencia...parece un juego prohibido
Ella se aleja y se acerca y me deja más que perdido...

Me reecuentro con su esfinge llena de su amor salvaje
y hasta adorna mis paisajes destellando su belleza
Ella es todo lo que quiero...más de lo que había deseado
ya no me importa el pasado si ella vive en mi presente...

Su amor es tan diferente...no encuentro como explicarlo...
es un sueño, una nostalgia...la alegría de mis momentos
vean la impotencia que siento al desearla y no tenerla
¿cómo negarle ahora al mundo que hoy vivo para quererla?

Sus miradas me transportan...pero sé que es solo un sueño
sé bien que no soy su dueño...Ella jura "que es realidad"
que daría porque en verdad...fuera el amor de su vida
y jamás la despedida se adueñe de esta pasión...

Ella es toda mi razón...hoy la ilusión de mis días
tal vez sea mi fantasía transformada en su verdad
cada día yo la amo más...Ella es todo lo que quiero
pero siento que me muero cuando la busco y no está...

sábado, 27 de octubre de 2012

Tú Eres Parte de Varias Vidas...

Volver a la tierra que te vio nacer, sus calles llenas de ti, de tantas cosas que allí forjaste. Risas de niños...luz, brisa, agua del mar. La melancolía no es solo ir atrás en los recuerdos, sino en pos de tus sueños y anhelos. De tus deseos más profundos.

Quién sabe cuantas veces hemos deseado dejar todo atrás y volver a ser niños, criaturas inocentes, tirar piedras a la luna, al sol, y tratar de alcanzar las estrellas con nuestras manos más largas que nuestras ilusiones.

Etapas que van quedando perdidas en el tiempo, y otras que van surgiendo sin darnos cuenta. El olvido es sólo un instante en nuestras vidas que están condenadas a recordar. Tú eres esa parte de varias vidas, de esas historias de quienes como yo te hemos conocido realmente como eres, sin tapujos ni mascaras. 

Te has vuelto más fuerte con los años sin perder la ternura y la inocencia de tus ojos grandes de pantera, y de tus cabellos hermosos de ónix, 

La vida es un instante perdido entre suspiros, suspiros de amor y tantas cosas que un día quisimos y aún queremos a nuestra manera. Es un recodo donde nos escondemos muchas veces para que no nos descubran quienes saben más de nosotros que nosotros mismos, porque a ellos un día le entregamos lo más valioso de nuestras vidas.

Hay metas que nos van llevando a ese lugar que desconocemos. Hay momentos en que es más fácil parar que seguir, pero mil fantasmas nos detienen. Solo tú sabes a donde te llevaran esos pasos que guían tu vida. Los frenos pueden ser buenos o malos, depende el momento en que los utilices. Recuerda frenar a tiempo.

Ayer me acordé de ti, y mañana también lo haré querida amiga, no se olvida tan fácilmente a quien ha sido tan importante. A quien nos ha enseñado tanto sin pensarlo, a quien nos ha marcado el alma con tantos detalles. A quien nos ha dado tanto sin saberlo.

Te conocí como se conocen quienes están destinados a no olvidarse, Eres importante hoy y parte de lo que he vivido, mañana también lo serás. Imagino el día en que volvamos a encontrarnos y riamos de tantas cosas que el camino devoró. 

Sé que me acordaré de ti por siempre, y estaré deseando lo mejor en tu sendero, porque te lo mereces. Al reencontrarnos volverán a surgir nuestras sonrisas y nuevos sueños nos alumbrarán el alma.

viernes, 26 de octubre de 2012

Cómo Decirte Ahora que te Amo...



Cómo decirte ahora que te amo, si tu silencio taladra mi mente, y esta ausencia consume los tiempos y días que llevo sin verte. Para María y sus ojos negros...

Pasajera es la vida y sus caminos, y nosotros mismos sobre los senderos que pisamos. Años que parecen horas, semanas que parecen años, así es la vida misma, como los sentimientos que a veces creemos lejanos y resurgen como olas con más fuerza.

Sigues siendo diáfana como tu mirada, como los besos pasajeros, como la mirada de un águila, intrépida y cautelosa. Sigues siendo como el firmamento que nos separó. Como todo eso que quise de ti y jamás llegó.

Los trayectos no son trayectos si no encontramos enseñanza en ellos, los besos no son besos si no se pueden recordar. Los pasos, sí, nuestros propios pasos de nada sirven si no forjan una historia digna de contar. Con mis manos he rastreado mil veces tu rostro, y escrito versos que hablan de ti, de lo nuestro, de lo utópica que creí sería nuestra vida, pero todo eso nunca sucede, porque se desvanece en el tiempo como lo hicieron nuestros sueños. 

Cómo mostrarte hoy tantas cosas que guardé en mi alma...Cómo negar que tu silueta me consumió. A veces resulta más fácil continuar sin soñar, que soñar despierto. Lo mágico algunas veces ya no es tan mágico como creemos. La resignación deja de ser resignación, cuando empezamos a aceptar las cosas inevitables. Yo jamas acepté perderte. 

Un cúmulo de sentimientos me embarga, porque toda la historia de nuestra vida no depende de nosotros, y hay circunstancias que nos superan. El amor es así...

Mañana tal vez vea tus ojos nuevamente como en aquel verano en que me arrancaste los sueños y las ganas de amar. El mañana será quizás otra golondrina volando por el portal de las ilusiones, esas que jamás mueren y atizan el camino hacía la felicidad.

Los días ya no son como antes, y algunas noches me llegan tus sonrisas de niña disfrazadas entre sombras. No se olvida de la noche a la mañana, no se logra amar en dos días. Tus hoyuelos en las mejillas me hacían feliz, pero hoy no estás, y no se puede vivir siempre agarrado a los sofismas.

Cómo decirte ahora que te amo, si tus ojos siguen brillando como ayer, y mis manos ya no te escriben versos de amor.
 

viernes, 24 de agosto de 2012

Solo Dios Sabe Cuánto la Amé...

¡¡¡Oh!!! solo tú que sabes cuanto la amé, puedes decirme hoy si fueron amores fingidos o reales como las estrellas que lucen en tu firmamento.

Lancé todas las municiones de mi alma para conquistar su corazón y quedaron en nada. A mitad del camino encontré mil balas perdidas y en añicos mi esperanza que hoy claudica.

Diáfanas van mis  miradas. Singular es mi vida. Utópico lo que soñé con ella.

No me verá nuevamente, ni la soñaré despierto. Para que jugar a amarse si en los sueños no se ama, se cree amar que es distinto.

Nuestra isla hoy está sola. Solo fue un cuento bien contado de sus labios lo que escuché esa vez. Las olas turbulentas también saben de amores profanos más que nosotros mismos. Ellas han presenciado amores de verdad. Como los de antaño. Los de los viejos, los que sabemos ya no vuelven ni se dan.

Una risa disfrazada más de la cuenta. Son carcajadas que esconden la realidad de un dilema.Mañana será otro día en que tampoco esperaré su llamada, ni ella las mías. ¿Quién no dijo la verdad?

Fue mágico mientras duró. Me acostaré pensando en sus ojos de águila, y deseos de volcán.

Tal vez sea mejor así. Me quedaré con menos peso en la conciencia. Es mejor no besar esos labios que no son para mi. Puede que su fuego me confunda y me queme en sus entrañas.

Mi reloj marca una hora que no es la de ella. Por eso me desvío de su camino. Ese camino que tantas veces pensamos nuestro y nos separó al final.

Solo Dios sabe cuanto la amé. Solo yo lo que sufrí por ella.

jueves, 16 de agosto de 2012

Semáforo en Rojo...

Nuevamente otro semáforo en rojo que me recuerda los peligros de sus ojos negros...

Todo empezó así: creo que nos conocimos como se conocen las personas que están predestinadas a no amarse de verdad, sino desde la distancia solamente.

Una tarde cualquiera salto su imagen en mi chat de una forma espontánea. Así apareció ella, y me contagió con su alegría de brisa veraniega y su chispa rebosante de juventud. 

Un amor no llega de la noche a la mañana como llegó ella a mi vida. La experiencia me dice que sus palabras fueron muy rápidas y de esa misma forma ella se iría. Siempre supe que no podía detener a quien nunca fue mía. Todos los días escuchaba su voz a lo lejos... y una rosa roja en mis recuerdos aún me habla de esos tiempos.

Llegó en esa época en que sucedieron muchas cosas raras en mi vida. Una fue ella. Y la otra mi otro yo. Los amores vienen y van como las risas y el llanto, como el divagar de un colibrí. Pero en realidad es algo libre, como un pájaro con alas grandes que turba el espacio y se hace pequeño a la distancia. Y se aleja cuando quiere sin restricciones, porque nada se lo impide. No vale la pena querer tenerla entre mis brazos hoy si aun así no llega ni con la aurora.

Me cuidé de decirle cosas que no sentía para no herirla, era mejor así, con la verdad era mejor. Y aunque casi siempre creí en ella, sé que en la mayoría de ocasiones me mintió. Hay quienes se acostumbran a hacerlo, porque creen que no tienen otra alternativa para que los demás los amen de verdad.

La mentira es como una montaña de naipes y al final de todo se derrumba cuando menos lo esperamos. Y sus cartas caen sobre nosotros mismos. El filo de la mentira es cortante, pero el de la verdad aún más. No podría negar que también mentí por ella, y por eso hoy sangran mis heridas.

Era un amor singular, como su forma de ser y decir las cosas. Algunas veces apasionada y loca, otras hermética y simple, mostrándose más fría que un iceberg, pero viéndolo bien así son los polos que tienden a derretirse. Quise comprenderla y de veras lo intenté, pero no pude. Tampoco vino con un manual de instrucciones para amarla. "No se pierde lo que no es nuestro...nadie da lo que no tiene..."

Mañana a lo mejor la vea, y tal vez así resurjan nuevos sueños entre nosotros, pero no hoy, estoy cansado de seguir una ruta que por más que parezca no me lleva a ninguna parte. Se mimetiza al querer tocarla y todo se vuelve oscuro. No la veo, ni aparece entonces. Es porque nuevamente está perdida en su mundo...y su mundo hoy no soy yo.

Otro semáforo en rojo como cuando vi sus ojos negros por primera vez. Como el que cruzamos para tratar de estar juntos. No hay compás de espera entre ella y yo, hay que frenar y eso trato. Veo luces a lo lejos que se me vienen encima de forma inesperada...no debo seguir, y aunque quiera debo parar. No hay que amar a quien no nos ama, es así de simple. Una vez me lo dijeron y no hice caso. Hoy las huellas de su sombra y el sabor de su ausencia pesan tanto.

Ha pasado ahora de largo por mi vida, la veo desde la ventana, y se va quedando lejos, muy atrás en la carretera. Todo pasa muy de prisa entre nosotros, y ya no puedo detenerme. No quiso subir en su momento, y éste momento ya no es de ella. Vuelve a ser mio, como fui yo de sus sueños tantas noches.

El rojo del semáforo desaparece, y me encandila un color verde con nuevos rayos de esperanzas. Esto me indica que es la hora de continuar mi trayecto. Todo vuelve a la normalidad. No volveré a escuchar su voz por estos tiempos, ni sus ojos me mirarán en sus mañanas. El tiempo pasa muy de prisa, y estos recuerdos serán añejos.

Poco a poco iremos perdiendo aquellas ganas de amar que nos quemaban por dentro...

lunes, 30 de julio de 2012

Pá Que Seguir...




Canción romántica. Describe la relación de amor entre dos personas que se aman profundamente, pero por razones ajenas al amor deben alejarse.

Interpretada por Nathalie y Yennifer Quintero Méndez "Las Ninfas del Vallenato".

Compositor.

Saulo Enrique Ospino Pereira.

domingo, 22 de julio de 2012

Abuela Querida...

Hoy hace 22 años que te marchaste de esta tierra, de esta vida, pero jamás te has ido de mi corazón ni pensamientos. Siempre me acompañas en cada paso que doy.

Parece que fue ayer cuando dejé de verte por última vez. Cuando levantaste el vuelo sin mi consentimiento y te marchaste, dejando mi vida con tan pocos años sin sentido.

¿Por qué no me enseñaste a vivir sin ti, no he podido acostumbrarme a tanta ausencia?

No ha sido fácil todo mi camino, tantas adversidades sin tus sabias palabras o frases de aliento. Sin tu valentía. Tu parecía que lo sabías todo, que hubieras venido con un manual de instrucciones para decidir en la vida. El mismo manual que no he podido encontrar yo.

Por más que trato, a veces la cuesta se me hace ardua y complejas las decisiones que debo tomar.

Abuela querida. Jamás te he olvidado, y jamás lo haré. Me diste tanto teniendo tan poco, y tus recuerdos y frases me han hecho grande cada día.

Allá donde te encuentres abuelita, ten presente que marcaste mi vida para siempre.

Tu Mundo de Ilusiones...


Una nueva ilusión llegó a mi vida anoche con tus caricias. Con tus besos de chica buena me haces olvidar las penas. ¿Quién eres? me pregunto a solas. Por qué anoche te entregaste a mi sin apenas decir palabras.

Tus labios se ciñeron  a los míos, y me dejaste impregnada tu fragancia en mi pecho. Tu fuego enardecido me consumió por dentro y hoy solo pienso en ti y en nadie más...

Cuando estás a mi lado tus latidos se aceleran, como mis ganas de estar contigo.

¿Por qué me llamas y me dices tantas cosas? ¿Por qué me escribes de esa forma tan sutil y enloquecida que tienes? ¿Por qué te metes de esta forma apresurada en mi mente? ¿Que quieres de mi? Dímelo y  a lo mejor tus palabras sacien mis dudas...

Me miras y dices que soy a quien esperabas para amarte. Me besas y te pierdes en mi ojos. Acaricio tus cabellos rizados y tu piel de jazmín, y tu perfume me hace tuyo. Que no te deje jamás...eso me dices. Y me pregunto ¿Cómo voy a dejarte si me tienes en tus manos? Si me haces sentir cosas distintas. Si me enseñas nuevas formas de amar en tu mundo de colores.

Anoche te despediste con un beso candente que me dejó despierto...y dejaste en mis labios el sabor de tus pechos...

Ya no sé si tu cuerpo tallado sea el dueño de mi cuerpo...


Ella y yo...


Sumisa en su alcoba. Así la recuerdo hoy como si divagaran sus pensamientos en lo que fue nuestro sin serlo en realidad. Sus miradas clavadas en las mías. Y yo con ansías de cumplir sus antojos que eran los mismos que yo tenía.

Un escote que dejaba entre ver su cálido cuerpo de juventud. Su sonrisa picara se adueñaba de mis anhelos. Una línea entre los dos que era más que una línea se hacía grande y cortaba desafiante nuestra loca aventura.

Viví su sueño como si fuera mio, pero ese sueño era solo de ella. Yo quería algo más que un sueño. Pero nadie podría decidir sobre eso, solo ella.

No sé cómo terminé involucrado en su vida, o ella en la mía, cuando me di cuenta estaba dentro. A veces no queremos salir o alejarnos de algunos lugares, pero no son nuestros y hay que hacerlo aunque no sepamos como.

Lo que yo crea ya no importa...mucho menos si la quise o me quiso, si la amé o me amó...la realidad es que ya no estamos juntos. Me sobraba amor por ella, y ganas de estar a su lado sin dejar de mirar sus ojos lindos, pero no me entendió o no la entendí muchas veces, así no se puede seguir juntos.

Nuestro barco no vio horizonte...no encontramos puertos a nuestro paso...

Hoy la extraño más que nunca...

sábado, 21 de julio de 2012

Adiós...Mi Amor de primavera...


Yo te amé
más de lo que pensabas
y hoy no sé ni que nos pasó
si yo te daba todo lo que había en mi alma
y mi alma solo existía por ti..

Hay veces que lo que imaginamos
se nos va de las manos
y no hay nada que hacer
y queda un dolor tan infinito
...tal vez estaba escrito
"Esto no podría ser".

Adiós...mi amor de primavera...adiós...
adiós mi amor de ocho letras...adiós...
quizás en un mañana pueda
amarte como nunca pude amarte ayer...

Se van lejos
"aquellos...nuestros sueños de amor"
los que un día fueron tan solo de los dos
no sé por qué llegaste y alegraste mi vida
si no me podías querer...

Princesa de sueños e ilusiones...adiós...
tus colores se escapan de mis ojos...ya ves...
adiós...mi amor de primavera...adiós...
fuiste un sueño que no pude tener...

miércoles, 4 de julio de 2012

Los Colores del Arco Iris...

     Ella se acostumbró a mentirme, y las falacias hicieron entonces parte de su vida, y de los muchos que sin querer formaban parte transitoria de la suya como yo. Creó un mundo donde a veces ella misma parecía vivir sus propias historias, y contaminaba con tantos inventos lo maravilloso que podía ser lo que nos tocaba por vivir. 

Hablar de ella hoy es hablar de alguien a quien a veces creo que amé más de la cuenta, me refiero que la amé más de lo que ella me amó a mi. Bueno, claro está ¿Si es que es cierto que algún día lo hizo? 

La casualidad no existe, porque las cosas siempre se dan por algo, lo sé y ella lo sabía. Todos lo sabemos aunque algunas veces tratemos de decir que no engañándonos con otras premisas. Los rayos de sol alumbran pero en ocasiones no nos queman como queremos, eso no quiere decir que sus rayos no emitan calor, lo que sucede es que no es suficiente al que queremos. Pero ella me quemaba al emitir sus cálidas palabras, porque yo sentía su calor ardiente como el fuego, pero a la vez apagaba con su frialdad la pasión que llevaba por dentro.

Se fue acostumbrando a mentirme como si yo no hubiese vivido en mis tiempos lo que ella estaba viviendo. El recorrido cronológico en la vida de cada quien es distinto, pero cuando nuestros años superan casi más que el doble a los de quien pretende engañarnos, es apenas lógico que resulte sensato saber que es muy difícil, a no ser que nos hagamos los tontos, y les induzcamos a pensar que creemos en sus palabras.

Varias veces supuse que ella me quería a su manera, como quieren quienes no saben querer de otra forma, no porque sea mala esa forma en que quieren, sino porque nadie les ha enseñado jamás a querer de una forma distinta, sin pensar en ella solamente, sin egoísmos, sin mentiras, sin confundirse ni confundir en el sendero a quien la ama, sin espejismos, ni creando falsas expectativas de lo que podría ser, sin promesas absurdas que jamás podrán cumplirse...

La amé, si la amé como aman pocos, pero todo tiene su límite. El límite llega hasta cuando pasan esa línea que no se debió cruzar. La de romper la confianza que se deposita en quien se sueña despierto. La confianza que jamás se logra depositar dos veces en la misma persona por haber sido objeto de las artimañas de una conducta no sincera, por decir que si, siendo no.

La veo a veces esperando lo que quisimos tanto, y no pudo ser porque ella entendió tarde el sentimiento que llevaba dentro. La imagino con su cara divina y mirada radiante desafiando el mundo, como cuando llegó aquel día hasta mi vida, para robarme los suspiros más profanos, y armar un mundo nuevo cada día.

La belleza es transitoria, como lo fue ella para mi. Quien sabe que hubiera sido de nosotros si lo nuestro se hubiese dado, pero hablar de esto ahora es como si contáramos las estrellas que ya fenecieron. Antes de ella hubo más amores y después de ella seguirá mi vida, quizás de otra forma, pero seguirá, ambos lo sabemos, igual que seguirá la de ella sin mis palabras. No siempre reinará su esfinge entre las otras, ni será perpetua su osadía. Todo tiene un fin, todo cuesta tanto, pero mientras más años se mira mejor lo que en juventud se dejó pasar de largo.

Entre ella y yo quedó un mundo inexplorado por descubrir que quedó en ilusiones...nada más. Yo no esperé de ella otra cosa distinta, que aquello que prometió y jamás cumplió. Ella se acostumbro a mentir como si la mentira fuera "su pan de cada día". No todos saben cuando les mienten, yo siempre lo supe, sin embargo continuaba en su barco tratando de encontrar alguna posibilidad de lanzar el ancla y que dejará alguna vez de hacerlo, pero no fue así. Su barco continuo a zonas más turbias donde ya no sólo me arrastraba con sus mentiras, sino con una velocidad que le impedía retroceder para evitar el desastre de sus propios sueños. Algo así no se puede controlar, y a ella jamás la controlará nadie. Nació para ser libre sin dogmas, ni normas. Sólo para imponer su rol, y con su chispa ir encandilando a quien se atravesara por su camino. Quien no sigue las normas de la vida está condenado al fracaso.

No sé que vi en ella que la encontré tan especial, ni que encontró en mi para intentar amarme de esa manera apasionada y loca como lo quiso. Fue antagónico lo nuestro desde siempre, desde el principio hasta el fin, ese fin que no queríamos que llegara pero llegó. No nos bañamos en aquella isla que quisimos, ni nos fundimos en nuestros cuerpos, ni besamos ardientemente como soñamos tantas veces. Quise saborear su cuerpo milímetro a milímetro, y sentir el candor de sus caderas sobre mi, y sus colinas asediando mi vida. Quise que fuera el amor de mi vida...

Llegará un verano distinto en que quizás tenga la posibilidad de recapacitar sobre todo aquello que hizo sin entender, y que a lo mejor comprenda que también perdió la posibilidad de amar de otra forma distinta, pero no se dejó. Las horas van marcando nuestro destino, sin saber a donde nos llevará el camino que seguimos, pero seguimos...y seguimos...no nos detenemos aunque lo juremos...la vida es así...

Hablar de ella ahora es hablar de ese alguien que se metió en mis sueños sin saber como, por eso tal vez creyó que no podría olvidarla jamás. Todo se olvida, hasta lo que creemos que es inolvidable. Lo he comprobado una y otra vez. Creo mirarla a lo lejos esperando a ese alguien que le transforme la vida y le haga ver todos los colores del arco iris...esos mismos colores que no pude mostrarle yo...

domingo, 24 de junio de 2012

No Me Preguntes...

















No me preguntes ¿Qué siento mi amor?
Al buscar tus ojos en la oscuridad…
O al sentir tus risas…tu aroma y fragancia
Tus pechos…tus ansias o tu soledad…

No puedo saber cuánto te amaré
Yo que más quisiera…pero no lo sé
Puedo prometerte sólo en esta vida
Que mientras yo viva
Más te adoraré…

Por qué tú eres a quien yo buscaba
A quién yo deseaba con loca pasión
Para entregarte todos mis suspiros
Y los lindos sueños de mi corazón...

No me preguntes ¿Qué es el amor?
Es buscar tu sombra cuando tú no estás
Es mitigar tu ausencia en mi alcoba
O ver tu silueta llena de frialdad…

No puedo saber si al besar tus labios
Me pierda en tus sueños lleno de inquietud
Si quieres seguir por siempre a mi lado
Sonriendo en las calles
De tu juventud…

Porque tu eres la luz de mis días
La filosofía que hay en mi existir
Sin ti no podría sentir alegría
No sé quien sería sin tu sonreír…

No me preguntes ¿Qué quien se ama más?
No puedo saberlo…quién mide el amor
Es como el fuego que fluye por dentro
Y hace que más ardiente nuestra relación…

Te Di Mis Ilusiones...















No sé que pensabas mujer cuando ayer llegaste a mí
Y me dijiste que era toda tu vida
Y por eso te creí, te convertiste en mi tiempo
Toda mi respiración…el agua de mi desierto
El tema de ésta canción…daba todito por ti
No dudé de tus palabras
Los besos que yo te daba salían de mi corazón…

Mis sentimientos fueron nobles
Mi corazón es así
Pero me metí en tu juego…por eso me confundí
Siempre dijiste mentiras y yo esperé tus verdades
No supiste valorar el amor que te ofrecí
No cumpliste tus palabras...me heriste hasta no más
Ahora he venido a decirte…que ya no me busques más
Ahora vete…no te quiero ver…

Mis sueños fueron para ti
No hubo noche en que no te vi
Fuiste como los vientos…como las olas del mar
Que por mucho tiempo que se sigan nunca se van a alcanzar
eras como el firmamento y todo te quería brindar
Vivías en mi pensamiento y no te podía borrar
Yo por ti iba al fin del mundo y sólo te quería a ti
Dónde está ese amor profundo que sólo era para mí

Te di mis ilusiones y todos mis sueños…mis canciones…
Bien lo sabes…
Te amé como a ninguna y te quedas solita y llorando…
Sin mis besos…
Que yo te amara no quería decir que yo aceptara tu juego…tus mentiras…
Que te adorara no quería decir que no hay dignidad en mi alma…
En mi pecho…
Te di mis ilusiones y todos mis sueños…mis canciones…
Bien lo sabes…
Te amé como a ninguna y te quedas solita y llorando…
Sin mis besos…
Que yo te amara no quería decir que tú eras la dueña de mi vida…e ilusiones…
Que te adorara no quería decir que yo aguantara tus historias…y tus cuentos

Te di mis ilusiones y todos mis sueños…mis canciones…
Bien lo sabes…
Te amé como a ninguna y te quedas solita y llorando…
Sin mis besos…

Y no supiste valorar el amor que te ofrecí
No cumpliste tus palabras…me heriste toda el alma
Ahora vengo a decirte no me busques más…
Te di mis ilusiones y todos mis sueños…mis canciones…
Bien lo sabes…
Te amé como a ninguna y te quedas solita y llorando…
Sin mis besos…

El agua de mi desierto…el tema de ésta canción
Daba todito por ti…los besos que yo te daba salían de mi corazón…


miércoles, 13 de junio de 2012

Sólo Un Recuerdo...

Bueno, al fin y al cabo eres así, para que dar más vueltas. Una chica extraña, eso eres.

Estoy sin sueños, sin esos sueños que eran de los dos. Un día destellas, y otro día ni existes, desapareces como la nada, como tus propios ojos que dejan de alumbrarme cuando estoy apenas acostumbrándome a tu luz. 

Quisiera entenderte, pero no puedo por más que lo intente. Cómo quisiera que fueras como imaginé, como deseé, pero te desapareces a la primera, y descubro entre tantos suspiros que estás y no estás porque no quieres. No me gusta este juego al que juego sin querer, sólo lo hago porque a veces creo que no es un juego, tu juego, al que estás acostumbrada y me quieres acostumbrar, si, acostumbrar a tu manera, a esa forma sigilosa de alumbrar y apagar los sueños. A esa forma de ir y venir como haces siempre...

Mañana habrás desaparecido, lo sé y lo sabes. Te habrás ido sin apenas haber rozado mis labios ni sentido eso que finges sentir. Mañana seremos sólo un recuerdo, sólo ese recuerdo que no queremos tener, por querer ser más importante de lo que en realidad somos para cada uno. Mañana seremos un pasado sin gloria, algo no querido, un futuro no realizado. Algo que jamás pasó.

Dónde quedará lo que tanto soñamos, lo que nos arrebata a fuego lento esta misma vida por tu desidia. Todo podría ser distinto, pero no quieres. Quieres seguir siendo un ave de paso, nada más. No quien se adueñe de mis sueños, de mis labios y mi existencia. Cuando creo tenerte me despierto y me veo sin ti, sin ese aroma que tanto quiero, sin esa fragancia que sería también mi fragancia sino fueras sólo una ilusión. Sino fueras esa oleada de confusiones que atormenta mi vida.

Bueno, al fin y al cabo eres sólo eso, ese alguien que esperé y jamás llegó...

jueves, 31 de mayo de 2012

Tu Silueta II...

"Un mes después se pueden ver las cosas de forma distinta, pero puede ser una ilusión óptica...tú allá, yo acá, ambos buscándole sentido a una realidad tan obvia como tus mentiras..."

Tu silueta hoy reaparece en mi vida
Y mil preguntas renacen
Cómo cuestionando el por qué de ese vaivén
Que marca tus pasos
Tus decisiones
Son propias de alguien que se ahoga en dudas
Confundiendo tus quereres y temores…

Oscilas como un péndulo a la deriva
Que divaga sin sentido
Sin sombras
Germinando las propias incertidumbres
De quien eres o quieres ser
Pero con frivolidades
O de quien pensé serías un día
Para mi vida…

Retomas el camino dejado al olvido
cuando quieres
Y de forma unilateral decides reincorporarte
Creyendo tener la dirección del barco
O manejar su timón…
Que fácil suena en quien lo piensa
...Pero pierdes la orilla sin darte cuenta...

Otras mañanas y atardeceres diferentes
Vendrán
Si, diferente a lo que nos hizo soñar ayer
El tiempo pasa…no se detiene…
No se aprende a amar en un día
No se olvida en un momento
Esto es más complejo…

¿Dónde andarán aquellos sueños?
Los que buscas como mariposas en un jardín...
El mundo sigue girando
No se detiene porque alguien decida olvidarnos
Mis sonrisas siguen intactas
Y mis ojos destellando aquella luz
Que olvidaste en tu sendero…

martes, 22 de mayo de 2012

Te Di Mis Ilusiones...


No sé…que pensabas mujer cuando ayer llegaste a mí…
Me dijiste que era tu vida
Y por eso…yo te creí…
Te convertiste…en mi tiempo…toda mi respiración
El agua de mi desierto
El tema de esta canción…
Daba todito por ti…no dudé de tus palabras
Los besos que yo te daba
Salían de mi corazón…

Mis sentimientos fueron nobles
Mi corazón  es así
Pero me metí en tu juego…por  eso me confundí
Siempre dijiste mentiras
Y yo esperé tus verdades
Y no supiste valorar…el amor que te ofrecí
No cumpliste tus palabras
Me heriste hasta…no más…
Ahora he venido a decirte…que ya no me busques más…

Que yo te amara no quería decir que yo aceptara…tu juego…tus mentiras…
Que te adorara no quería decir que no hay dignidad…en mi alma
…en mi pecho…

Te di mis ilusiones y todos mis sueños…mis canciones…bien lo sabes…
Te amé como a ninguna y te quedas solita…y llorando
…sin mis besos…


Mis sueños fueron para ti…no hubo noche en que no te vi
Fuiste como los vientos
Como las olas del mar…
Que por mucho que se sigan nunca se van a alcanzar
Yo era como el firmamento
Y todo te quería brindar
Vivías en mi pensamiento y no te podía borrar
Yo por ti iba al fin del mundo
Pues solo te amaba a ti
Donde está ese amor  profundo que solo era para mí…

Que yo te amara no quería decir que tú eras dueña…de mi vida…e ilusiones…
Que te adorara no quería decir que yo aguantara…tus historias
…y tus cuentos…

Te di mis ilusiones y todos mis sueños…mis canciones…bien lo sabes…
Te amé como a ninguna y te quedas solita…y llorando
…sin mis besos…



viernes, 18 de mayo de 2012

Ambos lo Sabíamos...

Ayer te miré...me fui a muchos años atrás, cuando a penas reinaba la adolescencia en tus ojos. Tu rostro adornado con pecas como si fuesen escarchas me gustaba. Pero ayer me miraste y me volviste a mirar mientras estábamos allí sentados. 

Tu nariz me hizo recordar nuestros juegos de entonces, y me reí solo durante un momento y todos allí me miraban. Solo yo sabía de qué me reía. 

A él le gustabas tú...a mí no, pero no sé ni como se dieron las cosas y acabamos juntos. Él no me lo perdono, jamás volvió a hablarme, y eso que se enteró muchos años después. Yo creí que eso contigo se le había pasado, y no fue así...no sé qué creyó él, es más, llevábamos años sin vernos, cuando nosotros estábamos juntos. 

Ella no me quería, aunque me decía que si. Yo tampoco la quería aunque le decía que si. Así somos muchas veces en la adolescencia. Vivimos los momentos por satisfacciones. Ella a quien quería no la quería, y yo no quería a ninguna. Solo jugaba, ya habían jugado conmigo en su momento, así que para que enamorarme otra vez, eso ya en mi no tenía sentido. 

Nos veíamos todos los días. Lo pasábamos bien, no puedo negarlo, sus ojos eran de color miel, y aún en las noches alumbraban mi vida. Vivimos con intensidad esos meses, y sus labios se entregaban a los míos como si me amara de toda la vida. Las mujeres tienen una facilidad de fingir, pero nosotros los hombres no nos quedamos atrás. Sin embargo creo que ambos sabíamos a lo que nos afrontábamos a eso que tenía su fin concertado, pero sin saber cuando. 

No por no amarla, no la extrañaba. Se puede extrañar sin querer, y esa ausencia puede pesar si piensas en ella más de la cuenta, y haces que se convierta en costumbre. Yo nací para amar, y por eso he amado y sigo amando con todo mi corazón. Creo que jamás dejaré de hacerlo. Pero en se tiempo no lo hice. Solo nos entregábamos el uno al otro sin compromisos, jamás nos reclamamos nada, todo fue sin exigencias, sin control, sin lagrimas...nos aceptábamos como eramos...

Ambos salíamos con otras personas, ella no me lo dijo, yo no se lo dije, pero lo sabíamos. Lo aceptamos con plena libertad de forma pasiva, pero sin decirlo para no herirnos supuestamente. Sus manos sobre mi cuello, con su esplendoroso vestido blanco, y esas caderas de fuego me hicieron sentir bien aquella noche. No todas las noches son iguales, pero esa fue más especial, como ella lo fue en aquellos días en mi vida. Me buscaba en las tardes. Llegaba a casa y me esperaba en la esquina. Su cabello echado a un lado, su risa picara, su cuerpo de diosa, su tez brillante como el color de sus labios me seducían. 

Aquella tarde fuimos a cine, luego al Parque Centenario donde me dormí en sus regazos tirado en una banca sobre sus piernas. Sus manos acariciaban mi cabello, mientras intuía que miraba fijamente mi rostro durante esas horas. Ambos sabíamos que no volveríamos a ser quienes fuimos en esos momentos. Después para terminar la noche fuimos aun lugar llamado "La Misión", era una taberna donde nos sentíamos muy bien. Allí escuchamos varias canciones en medio de la oscuridad mientras yo tomaba algunas cervezas y ella piña colada. Sus manos en las mías me hacían feliz. Su rostro en mi hombro me denotaba tristeza. El silencio entre los dos decía cosas que nosotros callábamos. Nuestros besos y caricias eran iguales que siempre, pero con distintos sabores y sensaciones. Quizás con el sabor de la despedida. Besos que se dan sabiendo que ya no habrá más, ojalá todos supiéramos cuál es el último beso para darlo con más pasión, cosa que nosotros si sabíamos, y por eso nos entregamos de veras.

Me dedicó una canción titulada "se pareció tanto a ti". La bailamos, le dije - te he complacido -, pero ya llegó la hora de marcharnos.

La llevé a su casa, la dejé en su puerta, me reflejé en sus ojos de miel, y le di un beso en la frente, nos tomamos las manos casi sin ganas de soltarlas, nos miramos sabiendo que hasta allí llegaba todo...el juego se acababa. Nos habíamos dado todo, sin quedarnos con nada. Pero jamás nos habíamos extrañado...

Nos vimos muchas veces, como si nada entre nosotros hubiese pasado. No hablamos nunca de aquellos meses ya idos, ni nos cuestionamos nada. Pero nuestros ojos se seguían mirándose con la misma complicidad de siempre...como sabiendo que nuestro tiempo ya había claudicado.

Ayer te miré allí sentada...tú también me miraste como queriendo preguntarme algo. Pero sé que no eras tú, no podías serlo. Ya esos años habían corrido demasiado entre los dos, y nos habían dejado huellas en la piel distintas a las que no tenía tu rostro. Tuve que irme y tu mirada siguió el rumbo de mis pasos, voltee hacía atrás y seguías mirándome como ayer. 

Me surgió la pregunta si en esa otra parte donde te encuentras hoy, habrás querido decirme algo y utilizaste a esa otra persona que se pareció tanto a ti, para que yo lo supiera. En realidad no lo sé, ni tampoco como saberlo, pero te puedo decir que como nunca..."ayer si te extrañé".

jueves, 10 de mayo de 2012

Recuerdos Sueltos...


Hoy te he pensado una vez más, a veces creo que jamás he dejado de hacerlo. Y tu mirada de águila se clave en mis adentros a fuego lento, quemando mis entrañas. Una noche más opaca que de costumbre se repite en mis días, en mis sueños, en todo lo que no eres tú. Te siembras como siempre en mi mente y no me dejas respirar de forma libre. 

A veces me pregunto ¿si fuiste pasajera, cómo es que no te has ido aún? 

Allá en la alborada de mis años tiernos, recuerdo a Sandra, una niña que me ilusionó y desapareció un día cualquiera como las barajas de los magos. Al regresar a clases el año siguiente, ella ya había desaparecido como una estrella fugaz. Todas las tardes yo pasaba por su casa y me asomaba por la ventana con barrotes verdes, como si por ser el color de la esperanza, ella aparecería de repente como un hada y me regalara el beso que jamás me dio. 

Así fui perdiendo amores uno a uno, que no fueron quizás amores para ellas, pero si para mí. Una tarde ya pasados más de veinte años, se me dio por pasar por aquella esquina, y asomarme por la ventana que aun seguía siendo verde, y observé a una chica que quizás podía ser ella. Me quedó mirando como si me conociera y su mirada me hizo añicos el alma. La volví a pensar, y sus ojos de oliva me taladraban los sentidos. Su cabello colgaba sobre sus hombros, iluminado por los rayos de sol que entraban por aquellos barrotes, entre las horas del crepúsculo. Quería hablarle, decirle algo, lo que había callado siempre, pero me temblaron hasta las piernas. Fueron los segundos más largos y cortos de mi vida. Se congelaron nuestras miradas, mientras mi corazón hervía. 

Fueron solo unas vacaciones en que volví a mi tierra, y no volví a pasar por esa casa que se quedó con una parte  de los sentimientos de mi infancia. Ella y yo quedamos impávidos, como dos rocas incrustadas en una montaña por siglos. Los recuerdos son como las horas, siempre vuelven, lo que sucede es que a veces estamos tan sumergidos en otras cosas y se nos van de largo.

Las farolas de las calles angostas de mi corralito de piedra, muchas veces alumbran poco, pero con eso basta para ir disipando los recuerdos que nos van quedando sin respuestas. Les llamo recuerdos sueltos, que son como almas que de vez en cuando retornan cuando menos lo esperas para decirte que un día tuviste sueños distintos a los que ahora tienes…para confirmarte que no solo eres quien eres ahora, sino también quien fuiste, quien creíste dejar en el pasado muchas veces, y aún eres...

Aquella noche me senté frente a la playa, y miré el ir y venir de las olas que también se llevaban y traían parte de mis pensamientos. Noté que muchas cosas habían cambiado en mi tierra, más no en la calidez de su gente. Y observé a jóvenes enamorados agarrados de la mano caminando cerca de los espolones, mientras las olas chisporroteaban sobre sus ropas, y vino a mi memoria otro de esos recuerdos sueltos de mi vida. Su nombre si soy sincero, en realidad no lo recuerdo, solo la vi dos veces. El día que la conocí frente a la Universidad de Cartagena cuando salía de clases, y el día que dejé de verla, y les cuento por qué. El día que la conocí, ella iba con su blusa blanca de no sé qué colegio, y una falda de cuadros, que le llegaba sobre las rodillas. Dejaba denotar sus hermosas piernas. Sus ojos eran marrones claros, su cabello ensortijado color caoba, y su sonrisa venía adornada de perlas. Su amiga quedó flechada con mi amigo, con el cual salió muchas veces, ya que tuvo mejor suerte que yo. Ese día recorrimos las murallas, mientras nos conocíamos, y así hasta llegar al Muelle de los Pegasos. Almorzamos en uno de los kioscos que antes había en esa zona, pues me he percatado que ya no existen. Y quedamos en vernos el sábado.

El sábado yo estaba allí como un reloj Suizo, y ella también. Sus labios me provocaban, pero yo sabía que era cuestión de horas para probarlos. Ella también lo sabía. Me miraba con entusiasmo y reíamos de todo. Nos brillaban los ojos, y lo sé porque veía el brillo de los míos reflejado en sus ojos brillantes. Nos fuimos caminando por la orilla de la Avenida Santander, con la intención de llegar hasta Bocagrande. Las olas se reventaban contra los muros de contención que separaban la carretera del mar. Cuando nos aproximábamos al Hotel Decamerón, ya le había tomado las manos y acariciado el cabello que yacía un poco húmedo por las salpicaduras de las olas. Sentí que era el momento, y lo era, de eso sabía yo en aquel entonces, pero lo que no supuse jamás fue que una ola gigantesca nos arroparía sin dejarnos nada seco, nos sorprendió mientras mis labios casi rozaban los suyos. Nos separamos sorprendidos, hasta casi caernos del muro donde estábamos parados. La miré entonces para darle la mano y que se bajara de forma delicada, pero al verla bien, noté su maquillaje corrido por el agua sobre sus mejillas, su barbilla roja por el pintalabios, su cabello que antes lucía esplendoroso, ahora se encontraba escurridizo y sin tono. Sé que no le gustó mi mirada, eso lo vi en sus ojos. En su semblante, y me dio risa su gesto y no puede parar de reír mientras la miraba, quizás yo estaba igual de mal después de semejante ola, pero yo no me veía ya en sus ojos. Su blusa se ceñía en su cuerpo mostrando de forma esbelta su silueta y sus pechos jóvenes que nunca probé. Se enfadó conmigo, por mi risa descarada me dijo, lo único que pude ofrecerle para secarse fue un pañuelo húmedo que llevaba encima. Se marchó. Si, se marchó sin decirme más palabras, llevándose mi pañuelo, mientras yo seguía riéndome no sé ni por qué. Jamás la volví a ver, tampoco a buscarla. Hoy sé que no se pueden regalar pañuelos a las parejas o posibles relaciones, porque es sinónimo de separación, pero a nosotros no nos separó aquel pañuelo, sino la gran ola que nos enfrío por dentro.

Tampoco sé como se llamaba la chica que me presentó Laura. Laura estudiaba en el Departamental, y pasaba por mi casa cada día mientras iba a clases por las tardes. Nos mirábamos más de la cuenta, pero nada más. Ninguno de los dos nos atrevíamos a romper el hielo. Una tarde de un viernes, se acercó a la tienda donde estaba sentado y me dijo que si sabía contabilidad, que tenía un trabajo para el lunes y no entendía nada. Yo no sabía nada de contabilidad, y lo que había aprendido en bachillerato, ya lo había olvidado. Pero le dije que si, que lo que quisiera yo se lo explicaba. Me dijo que no era necesario, que solo quería que le hiciera el trabajo, y después de hecho se lo explicara a ella y a su amiga. A su amiga yo no la conocía, tampoco me interesaba, pero Laura estaba impresionante. Ambos estábamos esperando la oportunidad para salir juntos, y eso sería una vez pasado lo del trabajo de contabilidad. En esa época de mi vida solo me importaba eso, coleccionar amores, y eso hacía. Los añadía a mi lista, como casi todos los adolescentes. Un amigo me hizo el trabajo de Laura, y luego me  explicó como debía explicárselos yo, así que todo estaba listo para el viernes explicarle a las dos el balance general de cuentas de una empresa. Me lo había aprendido de memoria, porque de matemáticas nada, pero de memoria lo que quieran. Hasta me aprendía todos los casos de memoria para los exámenes, y después cambiaba los valores y así ganaba todo lo que tuviera que ver con números.

Llegó el viernes, y Laura estaba frente a mi casa. La acompañé donde su amiga. Pero no vean que amiga. Vivía en una casa humilde, y eso que la mía era también humilde, la de ella era más. Nos trataron con una gentileza insuperable. Mientras les explicaba lo de las cuentas, debe, haber…y que todo quedara en cero, su amiga no dejaba de mirarme de reojo y me ponía nervioso. Me enamoré de ella desde que la vi. Su color canela y su cabello rizado como cascadas me enloquecieron, caminaba y hablaba de forma exótica, y eso me cautivó más. Laura ya se había dado cuenta y puso su cara. Pero no me importó, ya ella era pasado para mí, solo pensaba en su amiga. Terminé de explicarles el trabajo y nos despedimos. En el camino Laura casi no me habló. Yo tampoco le dije nada, pero le pedí el favor que me diera el teléfono de la casa de su amiga, para llamarla por si no había entendido algo, y así se lo volvería a explicar. Me dijo que no se lo sabía de memoria, pero que en casa lo tenía, y me lo daría después. No aguanté más y le comenté que su amiga me había gustado mucho y que quería salir con ella. Se quedó callada un momento y después de unos segundos muy largos entre los dos, me respondió diciendo ¿cuándo quieres salir con ella y se lo digo? Le dije: mañana sábado, quiero que vayamos al cine, en horas de la tarde. Bueno, siguió diciendo, yo la llamo y te digo algo en la mañana.

El sábado en la mañana me llamó Laura, y confirmó la cita con su amiga. Yo no cabía de la emoción. A las dos y media estaba frente al cine La Matuna, me frotaba las manos de la ansiedad. Solo quería verla aparecer frente a mí con su cuerpazo, y ese cabello que me mataba. El tiempo pasaba y ya empecé a desesperarme, cuando escuché una voz a mis espaldas que me pareció conocida. Era Laura, y me dijo: es que a mi amiga le surgió un problema y no pudo venir, pero para no quedarte mal, he venido yo. Así que no hay problema, si quieres entramos los dos y vemos la película. No tuve el valor de decirle que no. Fue la película más larga que me he visto, pero de verdad, fue muy mala y larga doblemente. Ella me agarró la mano en cine, y arrecostó su tierno y lindo rostro sobre mi hombro, le acaricie el cabello, como quien no tiene otra cosa que hacer. Ella espero el beso que yo no le di, yo esperé a su amiga que no llegó. Ella quería de mi el amor que yo no tenía guardado para ella, yo pensé en su amiga toda la tarde. Salimos de cine y cada quien tomó su camino, me despedí de ella, sabiendo que jamás volveríamos a salir. Ella se fue herida, yo decepcionado por la jugada que me hizo. Sé que no le dijo nada a su amiga, me tendió una trampa, pero yo no me iba a quedar de brazos cruzados esperando que se me escapara aquella chica que me había robado tantos suspiros en tan corto tiempo…

El día lunes, me fui a la hora en que salían del Departamental todas las alumnas. Pero lo que yo no sabía es que aquel colegio era tan inmenso que tenía varias puertas, y por mucho que busqué a la amiga de Laura, no pude divisarla. Todas eran iguales con aquél uniforme, todas se parecían y  a la vez no eran ella. Fui toda una semana y jamás la encontré. Tuve la intención de ir a su casa, pero no hallé la excusa apropiada, es más, de seguro ya Laura le habría dicho cosas de mi que no eran, y más cosas…ella es otro de los recuerdos sueltos que de vez en cuando regresan a mi como las horas.

Marylin, era amiga de la Mona. La Mona también estudiaba en el Departamental, y un día mientras estaba sentado en la tienda donde nos sentábamos los amigos del barrio, se paseo muy alegre con sus tres amigas.  A ninguna las conocíamos. Iban con el mismo uniforme, o sea, que estudiaban juntas. La Mona se llamaba Edith, y era una chica muy popular, pero todos éramos populares en ese barrio donde todos nos conocíamos. Fuimos los primeros habitantes de la quinta etapa de los Calamares. Cuando pasó de vuelta Edith, la llamé, y le pregunté si nos podía presentar a sus amigas. Las presentó, y yo le dije a Marylin - a mí me interesas tú y quiero salir contigo - se sonrió como si ya lo supiera, y respondió, no sé si pueda salir, es que no me dejan. Ya te diré algo con Edith mañana. Así que quedé esperando la respuesta de mi amiga al otro día, pero no me dijo nada, y el viernes, cuando menos la esperaba se pasó por mi casa y me dijo: "mi amiga te espera mañana en la Wampy a las seis de la tarde". La Wampy era una discoteca que quedaba cerca de otra que me gustaba mucho, que se llamaba Tentaciones, donde siempre había chicas casi desnudas, atendiendo a los clientes.

En la Wampy probé los labios te Mariylin. Eran unos labios dulces y suaves. Sin experiencia, pero no la necesitaba, porque me gustaba. Ese día solo tenía dinero para dos cervezas, y dos helados, pero con eso nos bastó, y quedamos en vernos la semana siguiente en casa de mi papá, donde tuve que ir a vivir durante un tiempo, por tener una pelea por culpa de faldas, de lo cual me enteré mucho tiempo después. De cosas que jamás hice, ni dije y dijeron que hice y dije. Hay mujeres que hablan más de la cuenta y dicen cosas que no son, porque se las inventan, y lo involucran en problemas a uno de los cuales es difícil salir indemne. Perdí dos amigos por aquel incidente. Al cabo de varios años nos volvimos a hablar como si nada.

Esperé a Marylin en la puerta de aquella finca, debíamos subir para llegar a la casa, la casa estaba en la cima, debíamos pasar muchos árboles, gradas, dos albercas y otra casa inmensa de tres pisos de mi tío, pero que estaba casi en ruinas. Era un camino espectacular, y dicen que esa finca en su tiempo fue de las mejores del barrio trece de junio. Entramos a la habitación. Ella con su blusa de satín azul con flores, y una minifalda también azul, me tenía en sus manos. Me gustaba y punto, no puedo decir más. Era sencilla, sin coloretes en las mejillas ni en los labios, pero no era simple, su belleza era natural y me impresionaba el fuego de sus ojos negros. Nos besamos apasionadamente, puse llave a la puerta, aún sabiendo que no había nadie en aquella casa grande que apenas empezaba a construirse. Tenía cuatro habitaciones, y todas las puertas tenían su llave pegada a la cerradura. Una vez cerrabas, la quitabas y nadie podía entrar. Marylin me hizo un streptes, y luego se vino hacia mí. Su hilo dental de color rosa solo fue un espejismo, porque se subió la falda en un segundo, mientras devoraba mis labios. Pocas chicas así había en aquella época, pero ella era una, y me gustaba su forma de ser. Atrevida, espontánea, única. Cuando nos consumíamos los dos en la cama, y ya la había despojado de su blusa, y su brasier estaba en mis manos, y mis labios en sus pechos, pegó un salto, que casi hace que me caiga de la cama. Cogió su blusa y se vistió muy asustada, gritando y asegurando que en los calados que había en la pared donde estaba arrecostada la cama, había visto moverse unos cabellos que sobresalían, pero al asomarme no vi a nadie. Del otro lado había otra habitación, y yo no sabía quien podía estar observándonos. Nos vestimos, y salimos de allí. Nos reíamos de lo sucedido, pero ya nunca más volvimos a salir juntos. Ese diciembre antes del día veinticuatro creí verla caminando por el barrio los Caracoles de la mano de un chico, pero tuve mis dudas, aunque un amigo me dijo que era ella, y a pesar que me gustaba mucho, yo andaba envuelto en esos días en tantos amores sueltos, que quizás no tuve tiempo para ella. 

Hoy te he pensado una vez más…y las lagrimas han brotado de mis ojos, y me preguntan por ti…me preguntan por qué jamás volviste cuando pudiste hacerlo…por qué dejaste que el tiempo se hiciera eterno entre nosotros. Este frío que ahora siento no me hace daño, porque me acostumbre al frío de tu ausencia que es más duro. Hay una barrera entre los dos que se hace más grande con los años, y mientras las cicatrices crean eternos surcos en nuestra piel, tu imagen sigue llegando a mí constantemente entre uno y otro recuerdo suelto. 

A veces me pregunto ¿si fuiste pasajera, cómo es que no te has ido aún? 

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