Mirando al infinito emulo a las estrellas
para ver si es que ellas me complacen a mi
y hacen que el cielo aquí sea como en Cartagena
como en la Ciudad aquella del tiempo que perdí.
Mi Escuela y su campana, con filas en el patio
repleta de muchachos de escasa condición
que siguieron sus vidas como aquellas raices
cual verso que un día hice a la concentración.
Edades de otros tiempos y calles polvorientas
mentes menos despiertas con sol de porvenir
amigos inocentes que éramos como hermanos
nos dabamos la mano para evitar sufrir.
Como quisiera hoy ser la maquina del tiempo
para otra vez volver de nuevo a aquellos tiempos
...decirle a unos Abuelos que siempre los amé
pues nunca se los dije y en soledad lloré...
Vivamos plenamente estos días que ahora vemos
cuando menos esperas, se nos rompen los frenos
se van nuestros suspiros con toda su pureza
cual palabras viajeras que nunca las apresas.
Quiero vuelvan los sueños y ojazos penetrantes
de esas hermosas chicas que hasta me hacían volar
porque en sus brazos fuí libre como los vientos
y entre sus labios frescos forjaron mi vivir.
Deseo mirar las calles que aun me están esperando
para buscar en ellas a quien nunca olvidé
y si guarda tristeza, borraré sus recuerdos
y promesas inciertas que jamás cumpliré...
Siento estupor muy grande al esbozar mi verso
que más bien es un llanto que se ascapa de mi
y ese gran fugitivo de lo que voy penando
es el tiempo furtivo que sin querer perdí.
Publicado en Agosto de 2003 en Barcelona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario