martes, 15 de julio de 2008

La Vida Que Tengo


No me me gustaría por nada del mundo cambiar mi vida o parte de ella, no está en mis planes, y sé que tampoco se podría dar, estas cosas no suceden, como el reloj no da las horas hacía atrás, tampoco las vidas de las personas se repiten o se pueden escoger. He escuchado a más de uno decir esas cosas, “que ojala tuviera otra vida” y frases por el estilo.
He vivido muchas cosas distintas en lo que llevo de ella, jamás me he arrepentido de lo difícil que ha sido en mis principios, tampoco deja de serlo ahora. Cuando era niño viví momentos no fáciles, pero no me di cuenta, o mejor dicho, era tan feliz haciendo todo lo que hacía, y como no tenía con quien compararme en diversas situaciones, no veía la diferencia entre lo que vivía y lo que me estaba perdiendo. Quizás otros a mi misma edad tenían más cosas materiales que yo, pero yo no lo sabía, no lo veía y cuando lo veía, no me comparaba, porque siempre he aceptado lo que he tenido en cada momento de mi vida, y he luchado por las cosas que he deseado tener. Yo no sabía que los niños en vez de estar por las calles ayudando a su Abuela a vender cosas para llevar dinero a casa y luego poder ir a estudiar, estaban en sus hogares viendo televisión y jugando con sus amigos o hermanos, pero eso a mi no me importaba ni me importa ahora, me gustaba estar con mi abuela por esas calles polvorientas y desterradas, donde no se veía un alma en medio día, por el sol picante de aquellos años. Me gustaba verla hablar y decir constantemente cosas chistosas , tal vez por eso y de tanto verla, soy así también, de tanto andar con ella aprendí a negociar, le perdí el miedo a hablar en público y me contagié de su humildad y sencillez. A veces pienso que esa si sería una cosa de las que quisiera repetir de mi vida, verme con ella nuevamente sudado por el sol inclemente, con un costal encima y a su lado, sentirla caminar paso a paso a mi lado, decirme que no me preocupara, que ya venderíamos algo, que no nos iríamos de allí con las manos vacías, y así era, cuando menos lo esperaba venía alguien y nos compraba más de la cuenta y con dos o tres personas más, ya habíamos vendido todo. La vida no es que sea dura creo yo, eso depende de como se miren las cosas y como sean las personas a las que les suceden estas cosas. Yo no soy una persona fuerte, muy por el contrario, soy muy débil, tanto física como mentalmente y con una fuerza de voluntad muy frágil, pero he tenido esos pequeños momentos de decisión que han marcado gran parte de mi vida, y la vida está llena de eso, de pequeños detalles y momentos que marcan la diferencia entre lo que ha podido ser y lo que es en realidad. No me cuestiono por lo que no he logrado, no podemos conseguirlo todo, es preferible no compararnos con nadie, menos con los que están mejor que nosotros, es mejor no hacernos daño con eso, eso no sirve de nada. La vida que tengo es la que tengo y es la que quiero, no quiero más, si quiero otra, entonces me exijo para conseguir lo que quiero de ella, con esta que tengo puedo lograr lo que este en mis posibilidades, no más, pero si cosas muy grandes sin ser las materiales las que midan o cuantifiquen su grandeza. Jamás podría decir todo lo que pienso sobre este tema, pero sí le doy el valor que tienen las cosas que he o no logrado en su día, estas cosas son las que le dan más significado a mi ser. Dos personas me enseñaron a vivir la vida de una forma plena y sin temor a nada, sólo a Dios, esos dos seres me contagiaron con su carácter indómito, y me enseñaron a ser leal en todos mis actos, no sé si lo he conseguido, pero por lo menos lo he tratado, no es fácil ser consecuente con esto, pero ellos me dejaron principios de moralidad que muy difícilmente podré olvidar. La vida que tengo es esta y tengo claro que es la que quiero, por lo tanto, no creo que llegue el día en que quiera cambiarla, ni siquiera una parte de ella.

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