jueves, 24 de julio de 2008

La Escuché


Escuché su voz después de tantos años, no sé si era distinta o igual, lo importante en realidad es que supe que era su voz. Parecía la misma de hace tanto tiempo, de hace tantos años…Ella, la de aquellos sueños lejanos y perdidos un día cualquiera en mi juventud, la de ojos aguileños y mirada coqueta, la de risa a flor de piel, si ella…no era otra más que ella, el corazón se me quería estallar, pero yo me sentía calmado, era algo muy raro e ilógico lo que estaba experimentando esa tarde, ¿como podía decirme lo que me dijo? Que no me había olvidado, que me recordaba y llevaba en una parte de su corazón. ¡No podía ser posible, o a lo mejor si!...su risa parecía real, pero a veces creo que fingía y no sé por qué. Así lo pensé o así lo sentí. ¿Será que hay amores que no se olvidan?...bueno, allí estaba yo, pensando nuevamente en ella después de tanta distancia y tiempo ido entre los dos… reímos y charlamos, dejando abierta la posibilidad de un reencuentro, una expectativa agradable y seductora, pero en fin, peligrosa para ambos…
la inconfundible noche calló otra vez y el nuevo amanecer me hizo volver a la realidad, comprendí entonces, que habían pasado muchos años y ya no somos los mismo de antes, todos cambiamos y lo único que queda igual de aquellos tiempos, son los recuerdos, pero en verdad son diferentes para ambos, ella tendrá un punto de vista distinto de ver los suyos y yo los recordaré de otra manera, los recuerdos no son iguales en dos mentes, ni se sienten las cosas de igual forma en dos corazones aunque hayan sido maravillosas para los dos, cada uno tendrá su punto de vista distinto y auténtico, cada uno será una parte…cada uno será otro…como siempre fue…
Hoy he comprendido que en mi mundo y memoria hay muchos recuerdos que no perecen, pero a la vez, ellos me permiten no volver a caer… están allí como una camisa de fuerza, me coaccionan, evitan ese rencuentro que tal vez sea fugaz en nuestras vidas, que a lo mejor haga daño y llorar a otros ojos.
Hoy he decidido aceptar, que la escuché aquella tarde rompiendo con su eco aquel silencio entre nosotros, después de tantos años entre distancias y recuerdos, para perderla nuevamente y aparcarla lejos de mi vida una vez más…

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