sábado, 19 de julio de 2008

La Tristeza De Otros


Si tu vida no te gusta, tienes que sobreponerte y transformarla…- eso fue lo que me dijeron – Como si fuera tan fácil, sé que hay muchas cosas que no nos gustan y no por eso las podemos transformar, por ejemplo: La tristeza de otros, es algo que no me gusta y casi nunca la puedo arrebatar…es algo que está en este mundo, hace parte también de todos nosotros y no se puede ser ajeno a lo palpable, a eso que tantas veces nos involucra.
Yo he vivido muchas cosas a través de la tristeza de otros y a veces la sientes en carne propia…es como si fuese tuyo ese dolor, y aunque no lo sea, lo sufres en ti. También he vivido la tristeza propia…la mía, la que hace que entienda o imagine como puede ser la de los demás y sé cuando te dicen: reír es importante, ¿pero como puede reír quien no tiene ganas de reír?, ¿como puede reír quien pierde la ilusión y su facultad de decidir?, esto lo digo a ciencia cierta, porque cuando estuve hace algunos años deprimido, muchas personas me dijeron que pusiera de mi parte para salir de eso, como si ellos hubiesen querido poner más de mi parte que yo, como si sintieran mi dolor, mi angustia, mi sufrimiento, mis ganas de nada. Sólo allí en esos momentos es cuando el hombre puede pisar su propio yo y decirse así mismo, “éste en verdad soy yo y conozco en carne propia mis debilidades”…esas debilidades tan difíciles de conocer y aceptar, esas que te dejan sin fuerzas, te encuentras a ti mismo sin orgullo, sin nada de nada, no hay valor en ti para luchar, no tienes el valor que una vez tuviste, te ves hundido y no sabes por qué, estás indefenso y sumido en algo nuevo y desconocido, oscuro y cruel, algo que te aprieta el pecho y no lo entiendes, te sientes solo con tantas personas a tu lado, es allí cuando descubres mil formas de ver una cosa y no duermes, no porque no quieras, sino porque no puedes, estás cansado y tu cuerpo no acepta cama, le das vuelta al mismo tema en segundos y entiendes que muchas veces criticaste a alguien sin saber que pasaba por su mente, ni que pasaba dentro de su ser…no podías entenderlo, pues no lo habías vivido y mucho menos comprendido. Sólo se entiende lo que se vive, lo que se toca, los que aprenden de los otros sin experiencias propias son seres virtuosos, genios, afortunados, son pocos y contados…yo allí en ese túnel sin salida entendí mil cosas de mi y acepté que yo si era vulnerable, débil y frágil, y entonces, sólo desde entonces he llorado muchas veces al percibir…la tristeza de otros…

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