martes, 15 de julio de 2008

En El Alma del Silencio


Agonizo en este mundo del olvido y desenfundo la tristeza que me calla y como viento huracanado pierdo el rumbo que me obliga a separarme de quien me ama.
En el alma del silencio soy quien llama en las noches pasajeras a tu olvido, para que no salga nunca a nuestro encuentro y se aleje como un pájaro perdido.
Si me culpas y discrepas tantas cosas que vivimos y sufrimos por amarnos, no mereces entonces la recompensa, mejor deja que me muera sin besarnos…
Afligido y pensando en tantas faltas que se suman a todo lo que he vivido, desencajo los pétalos de mis ansias y contemplo sin reír lo que se ha ido,
Porque es amplio el dolor que ahora me aqueja y tan larga soledad que me acompaña, es tan corta la dicha que yo he sentido y tan amplio el sufrimiento que no engaña.
Frío de ausencia, vives otra vez conmigo, sigiloso y apacible como el sueño, sé bien que tú sabes quien es hoy su dueño y te alegras porque ella no está conmigo.
Seductora, con radiante y gran presencia, destrozó todas esas ilusiones, encantó con miradas mi nobleza, dejándome en un mar de confusiones.

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