miércoles, 19 de diciembre de 2012

Amar es una Cuestión de Fé...


Al fin y al cabo no aprendí a comprenderla.

Amar es una cuestión de fe, y hubo circunstancias que debilitaron la mía.

A veces la extraño, pero está hoy lejana y sumida en un mar de dudas como yo. Quizás no puede amarla como quise, o lo intenté y no se dejó.

No pude darle lo que me pidió...pues nunca me mostró la línea entre lo que quería y lo que podía ofrecerme. Ya no importa, y aunque dudé si hacerlo, al final ella misma se alejó sin preaviso.

Es otro amor perdido de mi vida. De esos que aunque quieras jamás se olvidan. A lo mejor se deja de querer de esa forma ardua y asfixiante, pero el recuerdo siempre llega y muchas veces de forma inconsciente.

Cuando se es niño se ama de forma distinta. Y se llora con el alma, porque recuerdo que mis legrimas salían sin pedir permiso.

Si hay algún culpable aquí ese soy yo, pero es mejor no buscarlo. Ella era intocable y yo usurpé su vida. No la volveré a buscar aunque sus ojos me sigan apareciendo en cualquier esquina.

En las madrugadas aún me llega el recuerdo de aquella alborada sin fin. De su rostro sobre mi pecho y su respiración agitando la mía.

Hay distancias más distantes que las intangibles, las que nos ponemos nosotros mismos. Esas que aun pudiendo romperlas, no las rompemos. Las que hoy nos alejan realmente como un torbellino en la aurora.

Amar es una cuestión de fe...y quizás ella no era para mi...

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