domingo, 17 de marzo de 2013

Regresaré por tus Besos......

Trataré de evitar recodos para llegar al lugar donde estás. Allá a lo lejos te diviso y trato de llegar aproximarme de forma lenta y segura para no desviarme en el trayecto y perderte como aquella vez.

Hoy Recuerdo un vestido blanco y el lunar en la mejilla que adornaba un rostro. Su cintura de avispa alegraba sus caderas mientras su movimiento contorneaba con su cuerp...o como una barca en alta mar. Llegó a mí y se fue así como llegó, con la misma excusa del sabor de unos labios. Supe que preguntó por mí algunas veces, aunque aquel lunarcito negro jamás lo volví a ver.

Pero sé que las dudas te envuelven y me envuelven…de eso estoy seguro. Y ya no sé si es tarde para probar tus labios prohibidos, pero lo intentaré y tal vez así pueda entregarte los sueños que te he guardado desde entonces. Desde que me negaste aquel beso que me partió la vida.

Ella no fue un sueño. Yo tenía veinte años y ella diecisiete, pero fue más arriesgada que yo muchas veces y me llevó a sus brazos hasta la tarde que se disipó como el viento. Reapareció en mi vida diez años después y sus ojos azules como el cielo no alumbraron en mí como aquel octubre. Todos cambiamos y yo no era el mismo, ya sus labios no quemaban y su miel me sabía a poco.

Tú aroma me llega hoy de un lugar con magia y me trae recuerdos de una niña con la timidez en sus ojos de esmeralda hipnotizando mis días, no te tengo…es lo que importa y eso duele, pero aún así tu imagen se impregnó en mi ser como un tatuaje que no pude borrar y acompaña mis pasos.

Las olas bañaban su cuerpo y su cuerpo me daba las delicias de su piel canela. Su amor era más grande que ella y me amó como pocas. Su partida no fue justa como no lo fui con ella. Mereció más…pero siempre hay alguien que suele perder cuando mide el amor con una balanza.

Quien me enseñará a olvidar a quien no se puede olvidar y a evitar esas cosas que no se pueden hacer y hago por ti. Busco manuales del deber ser de las cosas y es pura teoría…la realidad es otra. Se bifurcan los caminos de mi vida y uno de ellos me lleva a un lugar de donde vine y a esos ojos verdes que aún recuerdo y se roban mis días.

A ella la amé y se fue, fue hace mucho, pero no tenía tus ojos ni tus risas. Si tus cascadas pero azabaches y sus ojos eran de fuego. Sí, pero se fue, como marché yo. Pero no todos vuelven, algunos se alejan para siempre y otros en cambio deciden esperar a ese que jamás volverá.

Eres ese alguien que alegra hoy mis días y aunque tus rizos dorados se perdieron por el camino, aún te amo. Porque fuiste la niña que alegró mis prosas y se adueño de mi corazón de trovador. Llegaré cargado de los besos que no te di y de sonrisas discretas. Marcado con la experiencia de los años y la inocencia de siempre.

Los dos sabemos que tú esperarás mis miradas y yo regresaré por tus besos…

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