Tu rostro se alargó en tantas madrugadas
sobre mi vida y no hallé tus huellas que quemaron mi piel tantas veces. Tus sombras
se volvieron inciertas y aquellas promesas una gran mentira de nuestro ayer.
Te volviste nada un día cualquiera ¿Qué pasó?
te quedé esperando en el mismo sitio, pero tus ojos negros no volvieron...y tantas veces te esperé...
Tu cuerpo entre las olas lo recuerdo
adornado por los rayos del sol aquella tarde. Fue el momento de nuestro cenit. Tus
labios rozaban los míos mientras los corales adornaban nuestro entorno. Fuiste un
sueño soñado nada más que se fue como llegó entre sudor y penas. Con los enigmas de tu ser te volviste incierta.
Un amor hermético que calló más de lo
que dijo, que se entregó sin fronteras cuando quiso. Que escondió en algún lugar
de su alma sus verdades. Eso fuiste tú para mí.
Quise entenderte y perdí el norte…y creí
en ti tantas veces...nunca entendiste nada. ¿Dónde estás? ¿Qué fue de ti? ¿Para
qué regresas hoy? Si en mis ojos ya no existen las heridas.
No te hagas más daño. El alma sufre y tú
lo sabes más que yo. Habrá un día en que te sobrarán las lágrimas y tus ojos de
ónix se marchitarán como las ilusiones de aquellos tiempos que fueron nuestros.
Llegaste un día y alegraste mis sentidos...pero hoy eres ese alguién a quien no entendí...
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