viernes, 22 de marzo de 2013

Hay Días en Que te Haces Muchas Preguntas


Hay días en que te haces muchas preguntas en tu vida, por ejemplo como qué hubiese pasado si hubieras hecho aquello que tanto soñaste y no hiciste, o sino hubieras escogido aquel camino que tomaste ayer qué fuese hoy de tu vida. Hipotéticamente son solo preguntas sin respuestas objetivas en este mundo donde se debe vivir de realidades. Los sofismas no sirven.
Qué hemos hecho algunas veces para merecer lo que hoy vivimos. Algunas cosas las merecemos, otras no, pero es lo que nos toca aunque no lo comprendamos. Muchas son más que las que nos hubiésemos ganado por nuestros actos…pero otras menos.

Me miro sentado en una esquina que era mi casa de antaño, dónde vivía cuando era distinto al de hoy, cuando tenía sueños distintos a los que ahora tengo y creía que todo lo podía conseguir porque lo imposible no existía, y si existía no podía ser imposible para mí.

No soy aquel que imaginé ser…no tengo la culpa de ser este ser más imperfecto del que hubiera creído jamás. La mayoría de las cosas se me van de las manos por mí mismo. Puedo aconsejar a mil personas y para mí no valen mis consejos ni deducciones que se pierden en divergencias internas de mi mente.

En esa esquina perdí grandes sueños de mi vida, se quedaron esperándome para siempre porque ya no regresaré allí. Ya no es mi casa…esa casa que tanto amé, donde crecí y vivieron mis abuelos. Donde murieron también ellos y tantas ilusiones que fueron mías alguna vez.

Dicen que esas calles ya no son iguales y es verdad. La última vez que caminé por ellas no huelen a almendras, ni a humedad. El olor a tierra mojada me gustaba, pero como tantas cosas buenas ya se fue. Ahora otras lluvias le darán nuevos olores y otros caminarán por ella como lo hice ayer.

Extraño aquella escalera de caracol y quien fui en esos días. Los salones repletos de alumnos mientras me esmeraba en que fueran mejores personas me traen buenos recuerdos, como tantas otras imágenes que hoy me llegan borrosas cuando los ojos se me cargan de lágrimas por tantas situaciones que a veces no puedo describir porque no me salen las palabras. Se me escabullen los sentimientos contrariados en distintas direcciones cuando me busco y no me encuentro.

En esa esquina se quedó mi verdadera vida, esta es otra prestada que jamás ha sido mía. Quién puede medir mis acciones sin que me sienta culpable de tantos comportamientos absurdos. He tratado de ser buen hijo. Voy perdiendo la batalla de la enseñanza de mis hijos y me voy quedando solo en el camino. Mañana no habré cumplido la tarea que me encomendaron para guiarlos y siento que se me escapan como raíces.

Tocar el cielo con la punta de los dedos lo he hecho muchas veces. Pero no es verdad. Es como creer agarrar las estrellas sin ser agarrarlas. He pedido deseos a estrellas fugaces tantas veces y no se me ha cumplido ninguno. Los dramas de la vida dicen que son los que nos hacen fuertes, pero aún así nunca he superado mi debilidad. ¿Por qué ya no eres igual que ayer, por qué tu carácter ha cambiado tanto, dónde dejaste lo que ayer me gustaba de ti? Yo sé que no soy el mismo, quizás sea culpa mía, y por eso no te entienda muchas veces. A lo mejor nunca fuimos lo que creímos ser o lo que quisimos. Tal vez hoy seamos lo que estamos predestinados a ser en realidad. Un recuerdo.

Hoy no estoy en esa esquina que tanto me gustaba y en la que me sentaba con mis amigos a hablar de cosas que queríamos. Estoy en el sofá de mi casa…solo…conmigo mismo. Entrando en mi mente para tratar de averiguar más de mí, de aquello que no sé o sé de algún modo distinto al que debería saber. 

Hay días en que te haces muchas preguntas. Hoy es un día de esos. En que me cuestiono en que más he fallado. Ya son tantas en las que he abierto grietas que quizás me he acostumbrado a ser de hielo en apariencias. El hombre fuerte que por dentro se derrumba a solas. En caída libre se piensa menos. Te pones una coraza y sigues aparentando lo que no es. Casi todos viven así, qué más da uno más.

Noto una leve sensación que me hace recordar que he vivido más y menos de la cuenta situaciones que he querido. Que no he estado preparado muchas veces. Que amé a mi manera a muchas personas que esperaron más de mí. Es otra de las tantas imperfecciones de mi vida…amar a mí manera.

Pero hoy aquí sentado en mi sofá, la brújula de la vida me está marcando el norte y yo voy al sur. Tal vez si decido tomar ese camino del cual me estoy alejando, logre algún día encontrar en realidad a ese que dejé un día en aquella esquina esperando por mí…ojalá mañana si regreso no sea tarde para eso…

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