viernes, 29 de julio de 2016

CUANDO LOS RECUERDOS TE LLEGAN UN DÍA COMO HOY

Hace 26 años te fuiste de esta vida abuelita querida...abuelita María de Oro. No es tan fácil seguir cuando quien nos deja es tan fuerte y yo tan débil por los mismos años que tenía cuando partiste abuela. No llegaba yo a los veinte años cuando me tocó ser el motor de mi familia y cubrirme con los recuerdos de tu coraza y con gran dolor en mis ojos tuve que aceptar el reto que me dejaste de no rendirme jamás, tal como me lo enseñaste con tu tenacidad de fuego.


26 años que no han podido arrancarte de lo más profundo de mi corazón, porque lo que se ama no se olvida. Hoy que sigo recordándote cada día abuelita querida te doy mil y mil gracias por fundir mi carácter y hacerlo de hierro; pero aun así me falta el oro con el que tú brillabas. Siento que faltó disfrutarte más, pero yo era demasiado joven y no sabía de lo efímera que es la vida...de nada de eso...me sorprendiste cuando aquel domingo tu alma se marchó para siempre. Tu partida me hizo mucho daño y te buscaba en mis noches lleno de dudas y llanto sin poder encontrarte. Así aprendí a vivir llevando un hogar a mis hombros con mucho sacrificio porque el motor de mi familia se marchaba de esta vida. Mi carácter se volvió implacable con los años. Muchos no entienden muchas cosas, solo los que han vivido esas situaciones lo hacen. Soy fiel copia de quien era mi abuela, tenaz con su fe de hierro que movía montañas y la honestidad y justicia que desplegaba en su mirada. Ella era de hierro, oro y fuego.


Aun recuerdo que a los 10 años de tu partida, un 22 de julio también como el de la fecha de tu adiós, llegó Dieguito, mi primer hijo que vino a alegrarnos la vida con sus ojitos tan tiernos y esa prudencia que caracteriza a pocos. Su llegada nos alegró a todos y abrió el camino de los nietos...esa tercera generación que tanto agrada a sus abuelos. Hijo querido que Dios te bendiga y guíen siempre los senderos por donde des tus pasos. Tu nobleza no tiene límites y tu sonrisa es más amplia y fresca que los mares. Tanto te quiero hijo de mi alma que daría todos mis suspiros por ti. Trato de enseñarte de la mejor forma, pero lo hago con los defectos del hombre que soy. Hay rutas que no debes seguir...ten cuidado y recuerda siempre los consejos de tus padres, serán una luz en tu sendero cuando todo se ponga oscuro. No te olvides jamás de Dios, Él lo es todo. Yo aun cuando aparentemente he estado solo, jamás lo he estado porque su compañía me me ha protegido. sigue sin afanes que ya verás que todo llega a su tiempo como la justicia.


La vida es simple y compleja, todo según como la miremos y trae sus casualidades o no, según lo creamos, y por las mismas cosas que digo un 22 de julio de 2013 también murió mi abuelo Eloy. La vida es un hilo que prende de la nada y nadie sabe su historia ni hasta que día se escribirá. Mensajes que no entendemos quizás por ir demasiado aprisa o preferimos callar lo que pensamos por ser demasiado abstracto el deScifrar lo indescifrable o demasiado obvio que hay un mensaje divino en todo esto. Viví algunos años también con mi abuelo y su serenidad aun la recuerdo. Hombre trabajador de sol a sol y afortunado por todo lo que Dios le dio. Fue un hombre bendecido como pocos. Dios lo tenga en su reino.


No soy nadie para tratar de desatar el nudo de las fechas casuales, solo para darle gracias a Dios por vivir con intensidad los años con cada uno de ellos y seguir amando a mi hijo como lo amo cada día y haciéndole entender que es único e irrepetible y que se extenderá como raíces con cada año que se sume a su vida.

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