lunes, 8 de noviembre de 2021

HAY AMORES QUE JAMAS PODRÁN VOLVER A AMARSE...

Que pena no poder detener el tiempo y volver a estar contigo, sentir que fuimos los mismos, tantas cosas como antes volvieron a renacer, pero es hoy, y un nuevo ayer nos vuelve a sacudir el alma y también los recuerdos y a entristecer como siempre el corazón, como aquella vez, aquella nuestra primera vez.

En esta ocasión fuimos un poco más lejos, sí, más que en aquella etapa cuando éramos tan jóvenes y la inocencia iba agarrada a nuestros pocos y cobardes años. Sin embargo esta ocasión también se nos fue..
Te escuché sonreír y pensé que nada había cambiado, tus ojos eran los mismos, inclusive tus gestos y tus pasos erguidos seguían robando mis miradas. Cómo pasa todo, las horas, el tiempo y sus pinceladas se acomodan poco a poco casi sin darnos cuenta en nuestra piel, clavando sus cuchillas gélidas sin temor y dejando sus grietas como para que jamás olvidemos su paso.
Nuevamente distantes, sí, distantes más que todos nuestros ayeres juntos, tal vez es que hay almas que están condenadas a vivir en ausencia, a amarse y reencontrarse efimeramente como las olas. Quizás nuestros pasos estaban predestinados a cruzarse y seguir andando muy a pesar de querer parar.
Hoy hace frío, mucho frío y las macizas curvas perfectas de tu cuerpo y duras almendras evocan hoy a tiempos mas cálidos. El agua jugando con tu cuerpo, la brisa con tus cabellos y yo con tus labios; que tiempos aquellos. La lluvia cayendo sobre nosotros y la playa a nuestros pies. Dos locos enamorados entonces, dos esclavos subrealistas del amor. Profanos plebeyos que creyeron en utopías de ensueño.
Cuántas veces cabalgaste sobre mi, intrépida y atrevida siempre, misteriosa y osada. Con tu porte de torre y dientes de marfil turbaste mis sentidos. Una fiera sin jaula, eso fuiste. Cómo olvidarte si contigo aprendí a soñar y mientras sueño no te olvido y mientras quiero olvidarte más te sueño.
Sirena de mis mares, de piernas largas y labios rojos, qué me hiciste que sigo amarrado a tu silueta después de todo. De tanto tiempo y tantos años idos. Donde están tus cabellos de cascadas, dónde los dejaste para embriagrame en su fragancia como en aquellas tantas noches.
Tú, la chica de las miradas de sol, sí, la misma de pasos agigantados y piernas de enredadera. La de la voz suave y dulces besos. Dime por qué tus ojos se han convertido en gotas de lluvia y tu sonrisa en tristeza?
Tal vez, es que has comprendido como yo que estamos destinados a ser solo recuerdos, dos personas que se cruzan y están condenadas a seguir por caminos distintos sin saber por qué. Tal vez porque también comprendiste que hay amores que jamás podrán volver a amarse, simplemente a volver a cruzarse en la vida sin poder parar...

No hay comentarios:

Que tal te ha parecido este escrito

Buscar este blog