martes, 23 de junio de 2015

LA LUZ DE LA FAROLA...

El olor de las tardes me recuerda a ti, a las almendras, a un colegio donde a veces regreso en mis noches para recoger las carcajadas que ahora me faltan.

Ahí empezó todo, todo lo que aún no termina, porque todos alguna vez somos huérfanos de algo. De amistades o amores imposibles. De sueños que nos dejaron sin concebirlos. Se nos quedaron grandes muchas veces las promesas y luego no cabían en nuestros bolsillos por eso tuvimos que dejarlas colgadas en alguna lado.


Sentarnos frente al mar y ver las olas ir y venir como nuestros pensamientos lo viví varias veces, pero no todos son de la costa ni tienen las posibilidades que algunos tuvimos; por eso allí sentado eche en mis ojos como al vacío muchos de tus recuerdos y preferí olvidar sonriendo, como quien bebe una copa para que crean que está celebrando. Así te fuiste diluyendo de la esfera de mis ojos para siempre, pero me doy cuenta que ese siempre regresa a mí sin limites de tiempo ni caducidad en la aurora.

Brisas tenues, calurosas de una tierra castigada más que por piratas y corsarios, por un sol embravecido que no mitiga sus ascuas. Cartagena, tierra legendaria marcada por limites sociales donde nacimos. Nada pasa, nada ocurre ajeno ni distinto a como ocurren las cosas hace más de cientos de años. Sólo tú faltas con tus risas y tus ojos y tantas cosas que de ti sobreviven, después de tu ausencia larga e inexorable que castiga.

Deambulan mis sentidos en órbitas distintas a donde te encuentras. Fuimos ajenos a tantas realidades y cuando jóvenes nos adueñamos de los sueños y creímos ser dueños de todo sin límites, pero sucumbimos a los años ancestrales que no perecen aun pereciendo y castigan nuestra piel con las líneas del tiempo clavadas en nuestros rostros y desgastando nuestros ojos.

Amarrilla y muy tenue es ahora la luz de la farola donde te besé, parece intacta pero no lo es, y siento frío, porque con las noches llegan a mi lecho poco a poco tus recuerdos y me hablan de calles que no pisé y sueños que no cumplí y poco a poco me voy sumergiendo en ellos para encontrar en la memoria aquellas risas que olvidé...


No hay comentarios:

Que tal te ha parecido este escrito

Buscar este blog