No hay calles vacías ni rincones ajenos a historias
ni
miradas perdidas
que
no me recuerden algo de ella
de
quien una vez me dio alegrías
entre
adoquines centenarios y sus pasos…
El
reloj de arena no detiene el tiempo
ni sus besos idos
retornan a mis labios
las
huellas no importan si no vuelves al camino
donde
vacilan las dudas de quien nunca fue…
Callejuelas
de mi tierra…
como
olvidarlas
si
debajo de sus farolas en su brazos con ella fui feliz
y
deambulé entre sus redes
arrancándole
los sueños a la luna
Sus
miradas pegadas a las mías
olas
bañando nuestros cuerpos cargados de sol
sus
cabellos cayendo como cascadas
y
yo…
dibujando
su esfinge en mi memoria
guardaré el secreto…
Yace
en una esquina de mi alma su nombre
ese
que una vez fue mío
en
esquemas de sueños la idealicé
los
sueños sueños son…leí una vez
ayer
comprendí esa verdad…
Mi
cabello entre sus dedos
y
sus miradas igual de perdidas en la noche…
¿en
quién pensará?
¿a
quién susurrará “te quiero”? como a mí
a
quien engañaran hoy sus palabras…
Las
golondrinas vuelan alto en el firmamento
y
vuelven…
yo
no regresaré…lo sabe bien…
soy
así…como las horas del reloj
como
una señal de paso que queda en el camino…
Esas
flores colgando entre balcones
me
recuerdan su rostro
no
es fácil perder a quien tanto amé
el
arco iris en el horizonte es imposible tocarlo
…las
cosas bellas duran poco…
Recojo
mis libros
y
hojas sueltas repletas de mi vida
canciones
y prosas inconclusas que hablan de ella
fragmentos repetidos con su nombre
y
vuelvo a aquel lugar donde la dejé de ver…
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