lunes, 1 de agosto de 2011

Las Paradojas de la Vida

Las paradojas de la vida te dejan a veces noticias con las cuales te quedas perplejo. Jamás me quiso contar el porqué de su cambio tan repentino conmigo y esa ausencia tan larga entre nosotros que terminó por acabar lo nuestro. Más de diez años tuvieron que pasar para que un día cualquiera se le diera por romper el hielo que se había formado entre los dos y volverme a hablar. Pero las alas del tiempo también habían creado un océano de dudas entre nosotros que por el desconocimiento de circunstancias era imposible obviar.

Quedé sin palabras con lo que me estaba contando. No podía creer que existieran personas con intenciones tan gratuitas y perversas que por los motivos que fuesen, con mentiras tan agudas separaran a dos seres que se amaban tan profundamente. No hay vueltas de hoja cuando por razones del tiempo se quiere volver. El reloj no marcha hacía a tras y eso es evidente. El trago que se toma en esos momentos es más amargo que cualquier trago amargo que tomemos en otras circunstancias. Solo lo sabe quien lo toma y no los demás por mucho que traten de ponerse en su lugar. Es como si se te desboronaran de las manos los sueños de tantos años en segundos, pero era así. Y así estábamos los dos tratando de pensar sin pensar, buscando culpables de la nada, porque en realidad era eso. Ya no importaba quien había sido, para que, no se puede tornar al principio con saberlo. Muchas veces cuando el daño esta hecho solo hay que seguir, aceptando cosas que no hubiésemos aceptado en otras condiciones. Pecamos, si, pero por el arduo silencio que nos consumió.

Ella allá, yo acá, en polos opuestos sin ser nosotros polos opuestos, ni los culpables de nada, solo las victimas de la inicuidad de otros. Era la misma vida que por ser tan injusta como lo es algunas veces, por no decir que en la mayoría de veces, nos había separado de esa forma tan cruel. El peso de la experiencia también tiene su parte en este asunto. Éramos tan jóvenes entonces sin la madurez de estos años que nos han enseñado más que mil libros abiertos. Y auque ella me dice que no se aprende de los errores, sino de los triunfos, es su punto de vista y de quien se la ha explicado de forma tan habilidosa que lo ha creído, pero yo sostengo que si, porque este error nos ha enseñado a los dos que algunas veces hay que hacerles frente a nuestros temores de tal forma que ellos nos teman a nosotros. Ella y yo bien sabemos que aquí no hay triunfos…solo errores y resignación para poder continuar sin dolor. La maldad de quien osó separarnos y lo logró, cumplió su objetivo. No obstante, hoy nuestros días son otros y sus ojos nuevamente han empezado a alumbrar mis noches como lunas encandecentes de amor.

La veo como ayer, pero en mi hoy, este presente es lo que tenemos y nos queda por vivir. Ya no hay tantas preguntas burdas, ni cuestionamientos innecesarios en esta historia. Esto es lo que es, y mis sentimientos por ella los mismos de siempre. No se cambia algunas veces porque queramos, sino porque toca, y ella y yo no cambiamos nuestra historia por querer, nos tocó hacerlo siguiendo el cauce que nos marcó la misma vida. Se unen otra vez nuestros caminos, sin seres hostiles a nuestro alrededor. Ya no quiero nada de heridas, ni sufrimientos vanos. El camino pondría ser más oscuro sin ella. Con sus palabras es más dulce seguir soñando…

Ya no me importa ese pasado sin ella, solo el presente que nos une, y las esperanzas que nos brinda el futuro…

No hay comentarios:

Que tal te ha parecido este escrito

Buscar este blog